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OPINIÓN

Cristina calificó como “década ganada” a los diez años de gestión kirchnerista

Cristina Kirchner hizo una ferviente defensa de la gestión económica de los últimos diez años de Gobierno K, que calificó como “la década ganada”, y dedicó un tramo central de su discurso ante la Asamblea Legislativa a la batalla con los fondos buitre, pero, como contrapartida, evitó referirse a un tema sensible como la inflación.
En casi cuatro horas de discurso en el Congreso, Cristina habló de: reindustrialización; de la mejora en los indicadores sociales; de nuevos créditos para la reforma de viviendas; de la política salarial y jubilatoria; del plan energético; los subsidios y los resultados de los planes de asistencia.
La jefa de Estado eligió hacer un balance económico y social desde 2003, ya que en mayo se cumplirán diez años de gestión kirchnerista, aunque evitó tocar un puñado de temas muy controvertidos para su gestión: la suba de precios, las estadísticas del Indec  o la disparada del dólar en el mercado paralelo.
Fiel a su vehemente estilo, hizo un paréntesis para referirse a una cuestión muy actual: la batalla legal que el país tiene con los fondos buitre, que reclaman que se les pague en efectivo -capital más intereses- y la totalidad de los bonos impagos que tienen en sus carteras.   
En simultáneo con su discurso, se conocía en Nueva York un fallo que en el mercado financiero local y en el Ministerio de Economía fue tomado como positivo: la Corte de Apelaciones de esa ciudad le pidió al Gobierno argentino que presente una fórmula alternativa de pago a los fondos buitre.  
En el Palacio de Hacienda, la medida de la Corte americana fue vista como un “aval” y un guiño para la reapertura del canje y así puedan ingresar los fondos buitre, aunque seguramente intentarán apelar una resolución así.
Sin dudas, la decisión judicial trajo alivio, ya que apenas unas horas antes había cierto pesimismo sobre el fallo de la Justicia norteamericana y hasta se llegó a evaluar seriamente el riesgo de entrar en default.
En rigor, un fallo adverso habilitaría a los bonistas que entraron al canje a exigir el pago de unos 50 mil millones de dólares, más que el volumen total de las reservas que atesora el Banco Central.
“Estamos dispuestos a pagarle a estos fondos buitre, pero no en mejores condiciones al otro 93 por ciento, porque estaríamos cometiendo un delito, estaríamos estafando y defraudando a los acreedores que creyeron en la Argentina”, proclamó la Presidenta en el Congreso.
En el mercado financiero, las palabras fueron interpretadas con un sólo sentido: el Gobierno enviaría al Congreso un proyecto para reabrir el canje en los mismos términos que las reestructuraciones de 2005 y 2010.
La resolución de la Cámara de Nueva York también repercutió favorablemente en el mercado bursátil: subieron los bonos, las acciones y los Adr´s de empresas locales que cotizan en Wall Street.
Cristina no se quedó ahí y aprovechó la ocasión para renovar sus críticas a los mercados financieros, los organismos multilaterales y las naciones más poderosas del planeta.
Fue en ese momento cuando denunció que desde el exterior “nos quieren volver a endeudar” y que la Argentina fue apuntada porque “no hemos vuelto a hacer negocios financieros”.    
Hizo una particular referencia al presidente de Bolivia, Evo Morales, al asegurar que: “Expropió hasta el pasto y consigue dinero al 4 por ciento” y advirtió que el caso argentino es “un ´leading case´ político”.
“Tienen que entenderlo, la Argentina, los 40 millones, hemos hecho un esfuerzo descomunal sin acceder al crédito internacional. Estamos pagando regularmente nuestras deudas”, expresó.   
Explicó que el viaje del vicepresidente Amado Boudou para participar de la audiencia en la cámara de Nueva York tuvo como significado, que “el mundo viera” la importancia que la Argentina le da al tratamiento de la deuda.
Como una señal de alerta, la Presidenta dijo que si el país es obligado a pagarle la deuda total a los fondos buitre, no sólo haría tambalear la situación financiera de la Argentina sino que tendría un fuerte impacto en futuras reestructuraciones de deuda de otras naciones, entre las que enumeró algunas europeas.    
Por ahora, en Economía ya trabajan en la elaboración de un bono que tenga la misma quita que en los canjes de 2005 y 2010, aunque con un plazo mayor.
La perspectiva es más favorable que hace 24 horas, cuando empezó a sobrevolar la idea de un nuevo default y una apelación a los máximos tribunales de los Estados Unidos.
El juego está abierto y las posibilidades para terminar de reestructurar el default más grande de la historia siguen latentes.

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