LOS INTEGRANTES DE LAS FUERZAS DE SEGURIDAD RECLAMAN UN BÁSICO DE SIETE MIL PESOS

Prefectos y gendarmes suben la apuesta y se ahonda el conflicto

El conflicto que provocó el recorte a los sueldos de los efectivos de Prefectura y Gendarmería sacudió al Gobierno nacional, que movió las piezas al ritmo de la protesta, que se extendió por todo el país. Por la mañana, dio marcha atrás con el recorte de sueldos, dejando sin efecto el polémico decreto, responsabilizó a las autoridades de la institución naval por la mala liquidación, apeló a la teoría conspirativa como causa de la protesta y descabezó las cúpulas de las principales fuerzas en conflicto. (ver notas)

En una jornada vertiginosa, cada ficha movida por el Gobierno era contrarrestada por los manifestantes que fueron sumando adeptos de otras fuerzas, entre ellas la Armada y Fuerza Aérea, al tiempo que negaban todo intento desestabilizador.

Anoche, el designado jefe de Prefectura, Luis Heiler, buscaba destrabar la protesta durante una reunión en el edificio Guardacostas junto a referentes de los efectivos. Algo similar ocurrió con el flamante jefe de Gendarmería, Enrique Zach, en el edificio Centinela. Al cierre de esta edición no se había logrado un acuerdo, mientras que los voceros de la fuerza aseguraron que la manifestación continuará hasta que el Ministerio de Seguridad "firme el decreto que nos dé un sueldo básico de 7 mil pesos y la garantía de que no habrá represalias".

Mientras la protesta crecía, la decisión oficial de volver al sueldo anterior llegó al mediodía, acompañada de críticas a la cúpula de Prefectura, a la que Abal Medina calificó de "desastrosa". 

Con el paso de las horas, los manifestantes decidieron continuar el reclamo hasta lograr "sueldos en blanco".

Pese al anuncio de Garré y Berni de relevar a los jefes, ocurrido poco antes de las 18, el reclamo no se frenó y, aclarando que "es un reclamo y no un golpe militar", los integrantes de la fuerza subieron la apuesta insistiendo en un básico de $ 7000.