El Gobierno anunció ayer el nuevo programa SUMA, un subsidio de $2.000 millones que se distribuirá anualmente entre todas las obras sociales del país.
"El objetivo de SUMA es compensar las asimetrías con criterios objetivos, favoreciendo a las obras sociales con menor nivel de ingreso por afiliado y a las que tienen menor cantidad de afiliados", se explicó la superintendenta de Servicios de Salud, Liliana Korenfeld, durante la presentación realizada en un edificio de la Jefatura de Gabinete. El SUMA se financiará con un tercio del Fondo Solidario de Retribución, y tendrá un componente fijo y otro variable, que dependerá de la cantidad de afiliados. "Este sistema busca complementar, no reemplazar. Termina de dar coherencia", indicó el funcionario Ariel Lieutier.
Korenfeld, por su lado, les solicitó a los responsables de las obras sociales que manden información actualizada sobre sus padrones, requisito que consideró vital para "acelerar los procesos". También reclamó porque algunas prestadoras están utilizando el sistema para el reintegro de operaciones que no son de alto costo, algo que va en contra del espíritu de la norma, sobre la cual admitió que se encuentra "desactualizada" y será modificada en breve.
Los gremios –moyanistas y antimoyanistas– reclaman una deuda de aproximadamente $12 millones por los reintegros a las obras sociales, punto que no fue eje de la presentación oficial.
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