François Hollande y Nicolás Sarkozy, los dos candidatos a las elecciones presidenciales francesas del domingo, realizaron ayer un debate duro e intenso, apasionante de a ratos, lleno de datos y de contenido económico, que reflejó la diferencia de estilos, soluciones y visiones del mundo.
Sarkozy, por detrás en los sondeos, se mostró agresivo y enérgico y Hollande aguantó los embates con educación, y a base de ironía, firmeza y serenidad se apuntó los mejores golpes. El socialista empezó contenido y formal, pero fue creciendo hasta doblegar a su adversario en muchos pasajes.
Hollande, muy sólido, avanzó un paso más hacia el Elíseo y prometió que el 7 de mayo presentará su plan para aprobar un pacto de crecimiento en Europa, y afirmó: "No podemos imponer la austeridad generalizada".
Uno de los momentos más duros del debate ocurrió cuando Hollande había atacado las reformas de Sarkozy diciendo que son injustas y crearon grandes desigualdades, y puso como ejemplo los "regalos fiscales a los ricos". "Hay una diferencia entre noso- tros", replicó Sarkozy. "Yo quiero menos pobres y usted quiere menos ricos". Y Hollande respondió: "Pues ahora hay más pobres y los ricos son más ricos".
Sarkozy cuestionó a José Luis Rodríguez Zapatero, a quien hizo responsable de que "España pague el doble que Francia por su deuda".
Hollande salió en defensa del socialista español y le recordó a Sarkozy: "Cuando Zapatero estaba en el poder le ponía usted de ejemplo".
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