La relación de “amor y odio” entre Javier Milei y Domingo Cavallo terminaron por escribir el destino de la hija del exministro de Economía como embajadora de la Argentina ante la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Una misión en la que no llevaba ni un año, a la que llegó gracias a la amistad del expresidente con el funcionario menemista y a la que ayer tuvo que renunciar en medio de las críticas del economista a la gestión libertaria. De ese vínculo, que el jefe de Estado considera roto, dependía la continuidad en el cargo de Sonia Cavallo, quien evitó abundar sobre el desplazamiento: “Sin comentarios”, se limitó a decir ante una consulta periodística.
“Por decisión del Presidente de la Nación, Sonia Cavallo deja de ser la embajadora argentina ante la OEA. Fin”, anunció en un escueto mensaje de X el vocero presidencial, Manuel Adorni.
Más tarde, el propio mandatario vinculó la salida de la ahora exembajadora ante la OEA a los recientes cuestionamientos del denominado “padre” de la convertibilidad hacia su Gobierno:
“Usted no puede tener a alguien que escribió… O sea, Sonia escribió con su papá (Cavallo) y el papá está todo el tiempo torpedeando y saboteando el programa económico”, advirtió Milei y reforzó:
“Por lo tanto, no se puede estar en la misa y la procesión. O se está de un lado o se está del otro”.
En tren de justificar la salida de Sonia Cavallo y volviendo a cargar contra su examigo, a quien en otros tiempos supo reconocer como “el mejor ministro de la historia”, el mandatario arremetió sin miramientos contra quien ahora llamó como el “impresentable de Cavallo”. La reacción de Milei fue una respuesta directa al último post del exfuncionario en su blog, donde dijo que la baja de la inflación desde diciembre no se debía solo al equilibrio fiscal y la estabilidad del dólar sino también a “una caída relativa del gasto nominal de las familias dentro del país, teniendo en cuenta que la apreciación del peso ha alentado los viajes de compras y turismo a países vecinos”, a la par que negó que el dinero del FMI alcanzara para levantar el cepo.
“¿Cómo va a hacer subir el dólar si yo le estoy sacando todos los pesos que andan dando vueltas? El dólar se tiene que caer como un piano. Le voy a decir, en especial al impresentable de Cavallo”, lanzó el jefe de Estado, y siguió: “Mientras él insultaba a todo el mundo cuando hablaban de devaluación, defendía el tipo de cambio de la convertibilidad.
Y este programa es muchísimo más exitoso que la convertibilidad porque no tuvimos que tener una hiperinflación previa para hacerlo, porque nosotros la evitamos, no la dejamos correr”.
También aseguró sobre el exministro que tiene “intereses políticos” que, enfatizó, “claramente no son los del gobierno”. En ese sentido, sembró una duda: “Hay que ver a quién está respondiendo”, y recordó: “Durante la campaña electoral fue claro con quién se alineó. Que llamaba a que yo no me presentara, que yo le hacía el juego al kirchnerismo” y, aunque aclaró que “no fue con Massa” con quien supuestamente se alineó Cavallo, el Presidente no terminó de precisar el candidato al que hacía referencia.
Una funcionaria K, a cargo
Tras la eyección de Sonia Cavallo, la representación argentina en la OEA quedaría, al menos por ahora, en manos de Cecilia Villagra, diplomática de carrera que, paradójicamente, fue segunda del kirchnerista Carlos Raimundi en su paso por el organismo internacional, durante la presidencia de Alberto Fernández. Villagra ya había representado a la Argentina en la OEA en la administración de Cristina Kirchner.
Como se dijo, el vínculo filial pesó en la designación y la renuncia de la ahora exembajadora de la OEA, cuyo nombramiento en el Senado fue cuestionado por la oposición por vivir hace años en los Estados Unidos y por representar a la Argentina siendo ciudadana de aquel país.
Cavallo hija pertenecía a la reducida “tanda” de representantes en el extranjero de origen político y no diplomático del Gobierno, que va camino a reducir la estructura de la Cancillería. Una repartición que, reconocen en la Rosada, vive horas “dramáticas”.
El amigo que pasó de ser el “mejor ministro de Economía de la historia” a un “impresentable”
En poco tiempo, Domingo Cavallo pasó de ser considerado amigo y el “mejor ministro de Economía de la historia” por el presidente, Javier Milei, a un “impresentable”, como lo tachó ayer en medio de las críticas del exfuncionario menemista a la gestión libertaria que terminaron por decretar la renuncia de su hija, Sonia Cavallo, a la representación argentina ante la OEA (ver aparte).
Cavallo venía cuestionando al Gobierno en sus columnas. En la última, aseguró que la baja de la inflación no se debía solo al equilibrio fiscal y la estabilidad del dólar sino también a “una caída relativa del gasto nominal de las familias dentro del país, teniendo en cuenta que la apreciación del peso ha alentado los viajes de compras y turismo a países vecinos”.
En otras publicaciones, el exministro había alertado sobre los riesgos de planchar el dólar para bajar los precios y discrepaba con Milei sobre la salida gradual del cepo. Cavallo, proponía apurar el ritmo de devaluación y levantar al menos las restricciones financieras: “Hasta que no se liberalice y reunifique el mercado cambiario, no veo que haya una reactivación importante de la economía”, llegó a advertir.
Milei lo acusó de querer “hacer saltar el tipo de cambio” y ayer fue más allá, al despedir a su hija y acusar de “impresentable” al hombre que en sus tiempos de panelista televisivo solía ponderar como “el mejor ministro de Economía de toda la historia”.
En el mismo tono, llegó a decir que la convertibilidad había sido “el mejor programa”. Pero ayer disintió con aquel pensamiento: “Nuestro programa es muchísimo más exitoso”, se jactó el Presidente, cuando la renuncia de Sonia Cavallo ya estaba escrita.
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