La disparada del dólar, el “plan llegar”  que no fue y la hipertensión cambiaria
UNA SEMANA A PURA ADRENALINA

La disparada del dólar, el “plan llegar” que no fue y la hipertensión cambiaria

La alarmante falta de dólares y la corrida de la semana pasada desnudaron las flaquezas de una macroeconomía “atada con alambre”, inundada de déficits cruzados, cepos e intervenciones. Qué nos dice el blue al respecto.

Lejos de apaciguarse y tomarse un respiro, las cotizaciones del dólar en sus distintas variantes registraron una semana de furia, con el blue alcanzando los $445, en sintonía con el dólar Bolsa que operó hasta en $440 y el contado con liquidación superando los 450 pesos. 

Factores económicos de fondo dinamitaron el “Plan llegar” del ministro Sergio Massa, como el exceso de pesos en la economía y la falta de reservas, sumado al magro resultado del dólar soja 3 en el contexto de una presión inflacionaria cada vez mayor se combinaron con las internas políticas dentro del Gobierno y las complejas negociaciones con el FMI ante la necesidad de revisar el acuerdo para disparar, tal vez prematuramente, la ola dolarizadora pre electoral.

Solo tomando esta semana, la cotización del dólar informal, paralelo o “blue”, al que puede acceder la mayoría de los argentinos, pasó de 400 pesos a $442 en su cotización de la city porteña, un aumento del 10,50% en apenas cinco ruedas, de acuerdo con el promedio de los agentes cambiarios que participan de ese mercado. 

En lo que va del año, la evolución del mismo dólar va en línea con la inflación acumulada hasta marzo: 21,7%, según el último informe del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec). 

Pero si se mira la última rueda de abril y se la compara con la del mismo día de abril del año pasado, la devaluación del peso asciende a un 113%, mientras que la inflación interanual hasta marzo fue del 104,3%. 

Un experimentado operador del mercado cambiario le explicó a este diario que, si seguimos un recorrido casi lineal de la inflación y trasladamos esos porcentajes a la posible suba del paralelo nos encontraríamos con cifras de cotización casi asombrosas, tanto para mitad de año como para fines del mismo, cuando muchas consultoras arriesgan un valor de $700, aunque las calculadoras marquen que esa cifra podría ser mayor. 

Desde el mercado sostienen que se pueden identificar varios motivos que derivaron en el escenario actual de corrida cambiaria. 

Una es el exceso de pesos. El combustible estaba disponible en la economía para que cualquier chispa encendiera la mecha. El dato de inflación de marzo, de 7,7% sorprendió y la falta de reacción oficial empezó a generar desde el lunes pasado los primeros movimientos. Para citar como referencia, de acuerdo los cálculos de la consultora 1816, si se computa la base monetaria más el stock de pases y Leliqs, la cotización teórica del CCL se ubica en los $480, valor que todavía no alcanzó ($452,32 al último cierre).

La suba de la tasas de interés dispuesta por el Banco Central, de 3 puntos, resulta insuficiente para convencer a los ahorristas e inversores a mantenerse en pesos porque sigue siendo negativa en relación a la inflación pasada -la de marzo- y la esperada para abril. La tasa de 81% nominal anual equivale a un rendimiento mensual de 6,7%, un punto por debajo del registro del último IPC, según Infobae. A esto se suma, como señalan diferentes analistas, que el valor del dólar todavía está atrasado respecto a la inflación desde julio del año pasado. Ajustado por inflación, el nivel del dólar que se alcanzó durante la última crisis cambiaria tras la salida de Martín Guzmán es hoy equivalente a 550 pesos. 

Con la crisis cambiaria gestándose en el inicio de la semana, las internas dentro del Gobierno, que incluyeron rumores de devaluación y cambio de ministro, escalaron la incertidumbre. La desconfianza entre el Ministerio de Economía y el Banco Central, cuyos titulares fueron alcanzados por versiones de alejamiento que no se concretaron, alimentaron la dolarización o no contribuyeron en nada para frenarla. 

El dólar soja 3, con el que el ministro Sergio Massa esperaba obtener unos U$S5.000 millones indispensables para fortalecer las reservas y cumplir en junio las metas con el Fondo Monetario aportaron grandes dosis de incertidumbre en el mercado.  Las últimas medidas del BCRA de mayor restricción a las importaciones, en el caso de los pagos a fletes y servicios, también presionaron, más una operatoria que involucra a bancos y su acceso al Mercado Libre y Único de Cambios (MULC). 

La incierta renegociación con el FMI del acuerdo, cuya meta de déficit fiscal se incumplió con un desvío de 56% respecto del monto estipulado. Tal como está la meta actualmente, el desequilibrio permitido es de 1,9% del PBI. En el primer trimestre, el rojo fue equivalente a 0,7% del PBI. En el mercado advierten las dificultades para sostener ese acuerdo.

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