La inflación se mantiene alta y los índices presionan sobre el futuro político de Sergio Massa.
La inflación se mantiene alta y los índices presionan sobre el futuro político de Sergio Massa.
PANORAMA POLÍTICO NACIONAL

Una crisis de liderazgo que torna “testimonial” la mesa política electoral del Frente de Todos

Hasta Alberto Fernández bajó las expectativas de la cumbre del próximo jueves en un asado con intendentes del Gran Buenos Aires

“La economía influye en una elección, claro, pero no es lo único: en 2015 estábamos mucho mejor y perdimos. Lo que falta ahora es un jefe del movimiento nacional y no lo hay.

Por eso habrá caos hasta el cierre de listas”, explica un estrecho colaborador de Alberto Fernández que admite que el Presidente tampoco reúne las cualidades de líder y entonces augura una máxima tensión con el kirchnerismo hasta junio próximo, cuando comiencen a definirse las alianzas rumbo a los comicios nacionales.

Es que en el oficialismo no hay mayores expectativas en la mesa del Frente de Todos, que comenzará a debatir el próximo jueves en la sede del PJ. Se trata de una alquimia diseñada por el jefe de Estado para contener el reclamo del cristinismo que, pese a todo, ahora no acuerda con ceñir el funcionamiento de esta instancia sólo a la definición de la estrategia electoral. Pretende, en este sentido, que surja desde allí un “clamor” que intente revertir la supuesta “proscripción” sobre la candidatura de Cristina y, por ende, que A. Fernández baje sus pretensiones de ser reelecto.

Lo cierto es que habrá representación de cada uno de los sectores pero, en privado, nadie tiene demasiadas ilusiones con que surjan acuerdos sustentables. Los gobernadores peronistas, por ejemplo, están abocados a lo que ocurre en sus territorios y, por eso, no extrañó que se negaran a viajar ayer a Buenos Aires, como pretendía la Casa Rosada, con el objetivo de lograr un acercamiento previo a la cumbre del jueves.

El impacto de la inflación

Frente a una inflación dura de domar -este martes el Indec informará el número de enero que seguiría una tendencia alcista ubicándose cerca del 6 por ciento-, Massa negocia con la CGT un techo a las paritarias como forma de aquietar las expectativas para 2023. De eso, vale decir, depende su candidatura presidencial, esa que esconde en cada cumbre del FdT. “Dice que no es compatible con ser ministro de Economía, no que no va a postularse... Puede renunciar antes”, corrige, con algo de sarcasmo, un funcionario.

Tal es la desesperación del entorno del ministro de Economía, que el viernes salió a festejar el cierre de la “paritaria del Transporte con éxito total a la baja”. Se refería al acuerdo de la UTA que aceptó casi un 30% para el primer semestre de 2023, con revisión en julio y, que en los hechos, iría en camino de la pauta oficial del 60%. El próximo miércoles el tigrense visitará la central de calle Azopardo para intentar consensuar los “salarios justos”. 

Caída del salario

El año pasado terminó con una caída en el salario real de los trabajadores registrados del 0,5%, en promedio. Pero para los informales el escenario fue peor ya que sus ingresos cayeron un 7,6%; este sector perdió en lo que va esta administración un 15,6% de poder de compra. El cristinismo mira de reojo este escenario: entre los trabajadores de sectores vulnerables hay una gran parte del electorado del FdT.

Es la paradoja de este Gobierno: con cifras bajas de desempleo -logradas gracias a los planes sociales- no podrá evitar que a fines de marzo el Indec informe un nuevo aumento en la pobreza e indigencia. 

Ya asoman algunos ejes de campaña para contrastar con estos datos adversos, como el crecimiento récord del empleo y la industria. Pero también se observan contradicciones: el viernes se informó un ahorro de más de US$ 2 mil millones en la compra de barcos de GNL para el invierno por una baja en los precios internacionales. La operación, que consiste en el alquiler de unos 30 barcos gasíferos, desmiente que el gasoducto de Vaca Muerta comience a abastecer a las distribuidoras del AMBA desde el 20 de junio, tal como afirma la propaganda oficial. Podrá haber un corte de cinta pero será testimonial, aseguran distintos especialistas.

La oposición

A Juntos por el Cambio lo une la radicalización del oficialismo, como la intentona por someter a juicio político a la Corte, y le sirve para invisibilizar sus diferencias. Las mismas que hoy se pondrán en disputa, por caso, con las PASO de La Pampa, donde el diputado radical Martín Berhongaray se enfrentará su par Martín Maquieyra (PRO) para definir al candidato que intentará desalojar de la gobernación al peronista Sergio Ziliotto, que buscará reelegir en las elecciones generales del 14 de mayo.

Quedó clara la divisoria de aguas en esa provincia durante la última semana, con las visitas de Macri, Larreta y Patricia Bullrich, por un lado, y de Gerardo Morales y Martín Lousteau, apoyando al postulante de la UCR.

El lanzamiento de Elisa Carrió de su precandidatura presidencial también generó algún que otro sin sabor. Asociada al radical Morales, despierta recelo en otras figuras de JxC que apuntan que su jugada sólo busca incluir a la “tropa propia” en las listas de candidatos a las distintas legislaturas.

También esas diferencias se observaron en la Mesa Nacional que se reunió el pasado lunes en Palermo que, sin embargo, logró anudar un comunicado que metió ruido: la advertencia sobre la “bomba económica” que el Gobierno legaría a una futura administración. Antes el senador Alfredo Cornejo, flamante candidato a gobernador en Mendoza, presionó para que el larretista Omar de Marchi juegue “dentro” de la interna provincial. La semana próxima habrá definición.

La “pesada herencia”

Pero más allá de estos desacuerdos, la intención del encuentro fue poner en autos a la población sobre la “pesada herencia” que podría dejar el Gobierno. Las advertencias sobre el crecimiento de la deuda en pesos y la “contabilidad creativa” que maquillaría la falta de financiamiento genuino del Tesoro, explican, pondría al país en un estado de fragilidad financiera.

En el Ejecutivo contestaron que esa advertencia busca un deterioro en el valor de los bonos argentinos y, al mismo tiempo, acrecentar el riesgo de un crack financiero.

“Con lo que va a dejar este gobierno es mejor no asumir”, bromeó uno de los referentes PRO que participó del almuerzo en la confitería palermitana, donde se acordó machacar en cada discurso público con que la situación económica es peor que la de 2015. En aquella oportunidad Cambiemos asumió, según una postrera autocrítica, sin dar un diagnóstico claro de la crisis a la sociedad. Ahora, enfatizan en el armado opositor, pretenden curarse en salud en caso que JxC lograra retornar a la Casa Rosada.

Heller dijo que “la bomba” es de Macri

El diputado nacional del Frente de Todos Carlos Heller afirmó que "la deuda pública total cuando se fue Cristina (Fernández de Kirchner) era 52,6% del Producto Bruto Interno (PBI) cuando se fue (Mauricio) Macri 88,8%, y a septiembre del año pasado 79,8%", al referirse a los cuestionamientos de Juntos por el Cambio respecto de la gestión económica del actual Gobierno.

"Pese a los muchísimos problemas que tiene, la Argentina viene mostrando indicadores de crecimiento, aumento de trabajo formal y ordenando su economía" remarcó. En este contexto, el legislador advirtió que Juntos por el Cambio "trata de crear pánico" ante la sociedad con la "creación de desestabilización y hacer que no se pueda cumplir lo que el Gobierno intenta llevar adelante con Precios Justos y la refinanciación de la deuda que dejó la administración de Macri, que se vienen negociando bien", subrayó.

"Argentina tiene una enorme deuda, que no se puede dejar de considerar en ningún análisis, pero los US$ 45.000 millones (con el Fondo Monetario Internacional) los tomaron ellos, así como, en una gran proporción, el endeudamiento en dólares con los bonistas privados que hubo que refinanciar", objetó Heller. "Al país no le quedó nada, sólo la deuda, y desde ese muerto que dejaron hubo que arrancar", aseveró.

Así, el presidente de Banco Credicoop precisó: "La deuda pública total, todo lo que la Argentina debía, cuando se fue Cristina era 52,6% del PBI; cuando se fue Macri, era 88,8%; y a septiembre del año pasado, último dato que tenemos con información pública fehaciente, 79,8%". 

"Es decir, 10 puntos menos que los que había cuando se fueron estos muchachos que están hablando de 'la bomba', cuando la bomba la fabricaron y dejaron prendida ellos", replicó Heller. "Hablan de 'bomba' y dejaron una deuda de US$ 45.000 millones a pagar en tres años y la deuda en pesos que tenían la reperfilaron, que es una manera elegante de decir que no la pudieron pagar y la patearon para adelante", amplió Heller.

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