La difusión de los chats que el ministro de Justicia y Seguridad porteño en uso de licencia, Marcelo D´Alessandro, intercambió con Silvio Robles -estrecho colaborador del presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti- y el empresario Marcelo Violante, pegó un fuerte sacudón en el tablero interno de Juntos por el Cambio (JxC), justo cuando el jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, arranca su campaña proselitista en la Costa Atlántica.
En la última semana de 2022, se difundieron en distintos medios de comunicación chats atribuidos a D'Alessandro en los cuales mantenía conversaciones con Robles, quien le sugería al Gobierno porteño estrategias para obtener un fallo favorable de la Corte Suprema en el conflicto por los fondos coparticipables que mantiene con la Nación, algo que finalmente se produjo.
También se ventilaron conversaciones del funcionario con Violante, quien estuvo a cargo de la concesión del servicio de grúas en la Ciudad de Buenos Aires, y le pedía -en diálogos supuestamente registrados en 2019- varios pagos de entre 30 y 60 mil dólares al Ministro a cambio de gestiones ilegales.
En la Legislatura porteña, la oposición del Frente de Todos (FdT) decidió presentar un proyecto para crear una comisión que investigue las contrataciones del gobierno de la ciudad de Buenos Aires con las empresas de Violante, quien tuvo a su cargo una concesión por 21 años por la que pagaba 55 mil pesos mensuales.
En la semana que termina, el jefe de Gobierno debió aceptar la licencia por 60 días del funcionario involucrado en los chats como forma de descomprimir la presión política por la situación. En medio de las repercusiones por la difusión de estas filtraciones, Rodríguez Larreta empezó el año con una cumbre en el sur del país con Mauricio Macri, desde donde tuvo que monitorear el escándalo de los chats.
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