Cristina habló en público y todo el arco político comenzó a moverse en torno a sus palabras.
Cristina habló en público y todo el arco político comenzó a moverse en torno a sus palabras.
PANORAMA POLÍTICO NACIONAL

Cristina da impulso a una nueva candidatura

La expresidenta dio indicios que competirá en 2023 aunque no desde qué lugar de la boleta del Frente de Todos.

Cristina Kirchner decidió arrancar la campaña electoral del oficialismo con su particular impronta: ubicándose por encima de la variopinta coalición, ignorando a Alberto Fernández pero también a las resistencias que desde 2019 viene cosechando dentro del Gobierno del que ahora busca despegarse.

Es que intuye que el Frente de Todos llegará a las elecciones de 2023 con peores números en inflación y pobreza con los que Mauricio Macri concluyó su administración.

Por eso la Vicepresidenta volvió a recordar los resultados de “Década Ganada” y atribuyó la elección de Alberto Fernández en 2019 como candidato a cuestiones geopolíticas y al poder que detentaba, según su parecer, la administración de Cambiemos en esa época.

En verdad, aquella administración se encontraba en una “barranca abajo”, por un apretón económico devenido de la combinación de sendas devaluaciones y tarifazos del que nunca se pudo recuperar. Lo que pareció ocultar la Vice el último viernes fue que, como ahora, su figura no lograba unificar a todo el peronismo detrás de un proyecto común.

Resistencias

Si bien concentra la mayor cantidad de adhesiones en el FdT, ha venido cosechando resistencias en los dirigentes de la denominada economía popular, que también tienen base territorial en el Conurbano, y en la CGT. Y muchos gobernadores justicialistas tampoco parecen conmovidos por su liderazgo político: la mayoría ha decidido adelantar comicios en sus distritos. Rio Negro dará, por ahora, inicio al calendario electoral el 16 de abril próximo.

Lo cierto es que la Vice aprovechó su discurso del viernes en Pilar para anunciar que volverá a ponerse al frente de un armado que le devuelva la “felicidad a la gente”, como cuando “el sueldo alcanzaba”; en paralelo, repasaba con filminas los datos de la caída del poder de compra del salario y de un derrumbe histórico de la participación del trabajo en el reparto de la riqueza. 

Se cuidó de no criticar a Sergio Massa quien ahora está encargado del control de la inflación. Esa alianza política también es fruto de la necesidad: sin el ajuste fiscal en marcha, podría sobrevenir otra corrida cambiaria y una mayor escalada en los precios. 

Si bien la Vice dejó entrever que será candidata en 2023, aún no se sabe si cumplirá los deseos de la militancia que repetía “Cristina Presidenta” durante el congreso regional de la UOM. Es una carta que seguramente se guardará para abril o mayo próximo a la espera del escenario electoral que decante la actual crisis. 

Otra opción es encabezar la boleta de senadores por Provincia, tal como ocurrió en 2017, y en ese caso, no optaría por bendecir a un delegado como lo fue Alberto Fernández. Wado de Pedro, también suena de candidato y al desde 2021 vienen “emprolijando” en una persistente campaña de instalación que también busca quitarle el peso negativo de su origen camporista.

Mientras, el Presidente parece resignado a las críticas de la Vice y su hijo Máximo. Pese a su debilidad, mantiene una resistencia activa a la intentona para suspender las PASO que, por ahora, parece frenar con la ayuda de los diputados que responden a las organizaciones sociales.

Si bien este año será Cristina quien encabece un acto en La Plata por el Día del Militante el próximo 17 de noviembre, en 2021 había sido el jefe de Estado el principal orador durante la conmemoración de esa fecha tan cara al peronismo cuando, tres días después de la derrota en las elecciones legislativas, prometió que en 2023 habría primarias “para elegir desde presidente hasta el último concejal”.

Hay dirigentes del denominado “albertismo residual” que se suman a esta movida en los distritos pidiendo internas para dirimir candidaturas. 

La economía

En el medio, están las idas y vueltas de un trazado económico cuyo único objetivo parecería ser evitar el colapso. Se ha reforzado el control de las importaciones y se buscan acuerdos de precios. Si ya no había plafón político para anunciar un típico plan de estabilización tampoco parece haberlo para un “congelamiento” de productos de la canasta básica.

Con todo, Economía negocia con fabricantes y supermercadistas pactar durante 4 meses los valores de un paquete de 1.500 artículos pero, según varias consultoras, varias industrias alimenticias se anticiparon a la medida y remarcaron entre 8 por ciento y un 15 por ciento durante la última semana.

La carrera de precios y salarios minimiza incluso a paritarias cerrándose en torno al 100 por ciento. En septiembre los precios crecieron 83 por ciento y los salarios 75,7 por ciento, y la pendiente podría profundizarse en los próximos meses cuando la inflación interanual se acerque a los tres dígitos. Es esta dura realidad a la que le rehuye Cristina pero, vale decirlo, en una campaña electoral parece difícil que pueda lograrlo.

Tensión en la oposición

Consciente de la dura coyuntura que atraviesa el oficialismo, en Juntos por el Cambio ven cercana la vuelta al poder. Es lo que ha tensado el debate interno del mayor armado opositor y la consecuente disputa de liderazgos. El próximo martes podría volver a reunirse la Mesa Nacional de JxC pero no de forma presencial: sería a través de un Zoom como en los tiempos de pandemia.

Una buena manera de evitar mayores “cruces o el revoleo de vasos” como ocurrió hace un año en la sede del Comité nacional de calle Alsina cuando Gerardo Morales y Martín Lousteau peleaban por la presidencia de la UCR.

Unas horas antes del cónclave virtual, Macri intentará mediar en el enfrentamiento entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta. La titular del PRO viene de amenazar en público a un ladero del alcalde porteño como Felipe Miguel y no parece querer desescalar en su disputa para definir quién será el candidato presidencial por el partido amarillo.
Larreta, en cambio, optó por no responder los ataques y sigue su construcción política cerca del radicalismo y mirando de reojo el protagonismo del expresidente.

Es que Macri, como Cristina, sigue jugando a las ambigüedades respecto a un eventual intento por competir por nuevo turno en el sillón de Rivadavia.

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