La Justicia profundizará la investigación sobre el atentado a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner con la apertura de más teléfonos que se adjudican al supuesto líder de la banda de “Los copitos”, Nicolás Gabriel Carrizo.
Fueron los mensajes que salieron del celular horas después del atentado lo que convirtieron a Carrizo en acusado. Había dejado el dispositivo voluntariamente como testigo, algo que ahora su defensa intenta que se interprete a su favor para demostrar su intención de sujetarse al proceso. Y también para cuestionar que esa prueba está siendo interpretada maliciosamente contra su cliente. Los planteos del abogado Gastón Marano -muy observado por estas horas por el periodismo y la política- no han tenido éxito hasta ahora.
Ya no solo están estudiando qué más aparece en el celular que Carrizo entregó voluntariamente. Fuentes de la investigación revelaron a Infobae que se están analizando más celulares secuestrados en los últimos allanamientos para saber si allí aparecen nuevas pistas.
Carrizo surge ahora como una de las piezas claves para intentar desentrañar quién más pudo haber estado detrás del atentado que el 1 de septiembre sufrió la titular del Senado. Ese día, Fernando Sabag Montiel le apuntó un arma en la cabeza a Cristina Kirchner. La bala no salió. Escapó unos metros, pero fue atrapado por los seguidores de CFK.
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