La vicepresidenta reunió hoy en el Congreso a la tropa oficialista del Senado y de la Cámara de Diputados, en lo que se leyó como un mensaje de unidad y respaldo del conjunto de las fuerzas políticas del Frente de Todos frente al recrudecimiento del conflicto con Juntos por el Cambio y el asedio judicial.
Fue en medio del clima convulsionado de la última semana en que su figura volvió al centro del debate público.
Del encuentro en el Salón Azul del Senado participaron legisladores de las distintas tribus del peronismo y fuerzas aliadas del Frente de Todos: desde La Cámpora, pasando por los PJ provinciales, Frente Renovador, etcétera.
En todo el arco oficialista impera la convicción de que detrás del proceso judicial a la jefa del kirchnerismo, y del "accionar represivo" de la Policía de la Ciudad contra la militancia que espontáneamente fue a llevarle su apoyo y solidaridad a su domicilio en Recoleta, hay un proceso de persecución política en curso que busca la estigmatización y la proscripción de las principales referencias del peronismo.
"Mientras en la oposición se pelean por ver quién se muestra más malo o más duro con el kirchnerismo, nosotros ponemos el cuerpo por la unidad, sin especulaciones, porque está en juego la democracia. Dejamos atrás las divisiones y estamos todos juntos", relató un diputado del Frente de Todos a NA, luego del encuentro.
En la reunión que Cristina Kirchner encabezó fueron de la partida el titular del interbloque del Frente de Todos de la Cámara alta, el formoseño José Mayans, la presidenta de la bancada de Unidad Ciudadana, Juliana Di Tullio, la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau, el jefe del bloque oficialista de Diputados, el santafesino Germán Martínez.
También participaron, entre otros, la vicejefa del interbloque del Frente de Todos en el Senado, la mendocina Anabel Fernández Sagasti, el senador neuquino Oscar Parrilli, el diputado porteño Eduardo Valdés, el sanjuanino José Luis Gioja y la diputada de La Cámpora y secretaria parlamentaria, Paula Penacca.
Cuando la vicepresidenta ingresó al salón Azul, los invitados la recibieron con un fuerte aplauso.
Un detalle curioso es que a los legisladores se les prohibió ingresar al Salón Azul con sus teléfonos celulares, que debieron depositar en una caja, para evitar cualquier tipo de filtraciones.
Tras esta reunión, la acción se trasladó a la tradicional sede del Partido Justicialista, sobre la calle Matheu, en el barrio de Balvanera. Allí ya no estaba físicamente Cristina Kirchner, pero ella fue el tema casi excluyente del cónclave que juntó a los líderes de todos los partidos políticos del Frente de Todos, junto a los referentes de las distintas vertientes del peronismo.
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