El Gobierno envió ayer al Congreso el proyecto del “impuesto a la renta inesperada”, que comenzará a debatirse la semana que viene y con el que pretende recaudar parte de los ingresos excepcionales que las empresas obtuvieron como consecuencia directa de la guerra entre Rusia y Ucrania.
Pese a la expectativa que esa medida genera en un sector del oficialismo, la iniciativa encontrará en la Cámara de Diputados un terreno árido para avanzar. Así lo dio a entender el presidente de la Cámara baja, Sergio Massa, al conversar con periodistas en el marco del viaje oficial, junto al presidente Alberto Fernández para participar de la Cumbre de las Américas. “Lo veo difícil”, confesó Massa. “Va a costar sacarlo”, agregó el líder del Frente Renovador. El oficialismo cuenta en la Cámara de Diputados con 117 votos. A favor de la iniciativa podrían anexarse los votos de los cuatro diputados del Frente de Izquierda y —con mucho viento a favor— los seis del interbloque Provincias Unidas. Hasta allí, 127, dos menos de los necesarios para alcanzar el quórum.
Por eso cerca del titular de Diputados, conocedores de los posicionamientos de las distintas fuerzas parlamentarias, también se muestran cautelosos y le hacen llegar al Gobierno sus prevenciones respecto del proyecto de “renta inesperada”.
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