Martín Guzmán
Martín Guzmán, ministro de Economía.
SEMANA CLAVE DE LA NEGOCIACIÓN DE LA DEUDA

¿“Plan B”? con el FMI: vence la primera cuota del año

El país deberá afrontar el viernes un pago por 731 millones de dólares, pero el Presidente estudiaría postergarlo con una moratoria “unilateral” si antes no se llega a un acuerdo.

Se vienen horas frenéticas para las negociaciones entre el Fondo Monterio Internacional (FMI) y la Argentina, que con una diferencia de cuatro días deberá afrontar dos pagos por unos 1.100 millones de dólares ante el organismo multilateral de crédito. El primero, por 731 millones de dólares, vence el próximo viernes y hasta ayer el Gobierno estudiaba una moratoria para aplazar esa obligación.
Más difusa era la estrategia a seguir para el 1º de febrero, cuando el país debería desembolsar otros 372 millones de dólares por capitales e intereses, previos a la deuda en torno a los 3.000 millones de dólares que tendría que cancelar el 22 de marzo.
El camino hasta allí, como cantaban Los Beatles, se adivina largo y sinuoso. El dólar se dispara a una velocidad histórica y las reservas netas, dicen los economistas, están en el nivel más bajo desde mayo de 2016.
Por eso, el Gobierno no confirma todavía si pagará o no el viernes. “Todos sabemos que Argentina ha decidido pagar hasta que se llegue a un acuerdo, pero estamos arribando a un momento muy importante de esas negociaciones y todo se mide paso a paso, día a día”, dijo la semana pasada Gabriela Cerruti, la portavoz presidencial y única figura oficial en tocar el tema en público.
“La moratoria del pago de fin de mes es una posibilidad que no se descarta. Porque el FMI nos presiona con el déficit y nosotros no vamos hipotecar el futuro para cerrar un acuerdo que no podamos cumplir hacia adelante”, hizo trascender en off un vocero que conoce al dedillo la estrategia del Presidente.
Es que mientras la directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva, exige acelerar el ritmo del ajuste fiscal, Alberto Fernández (y su ministro de Economía, Martín Guzmán) rechaza una reducción brusca del gasto público y se muestra reticente a aceptar un programa que afecte la recuperación económica.
Las diferencias son profundas, sobre todo en lo que respecta a las metas de déficit para 2023, en el marco de la negociación por los 44.000 millones de dólares que deuda que contrajo Mauricio Macri cuando Donald Trump era el inquilino de la Casa Blanca.
Por eso, de mantenerse el contrapunto hasta el viernes 28 de enero, Alberto Fernández analiza una moratoria unilateral para evitar el pago de 731 millones de dólares.
Aunque en términos técnicos no podría hablarse de un default, una decisión de este tipo se consideraría como un “atraso” y tensaría todavía más la relación con el Fondo, sin contar las consecuencias políticas y económicas para el país. Un costo que, cuentan en la Rosada, el Presidente estaría dispuesto a asumir.
El Jefe de Estado entiende que si paga el viernes, sin que haya prosperado un acuerdo, llegará al 22 de marzo con una deuda a cancelar de 3.000 millones de dólares y poco margen para negociar.
Es que a los inminentes 731 millones de dólares que vencen el 28 de enero, se le suman este mes los 68 millones de dólares con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y 17 millones de dólares con el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), más otras deudas por 45 millones de dólares. En febrero, en tanto, además de los 372 millones de dólares que corresponden al FMI, se le agregan 50 millones de dólares con el BID, 4 millones de dólares para el BIRF y 195 millones dólares del Club de París.

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