Luego de que en la tarde del domingo se difundiera un video grabado informalmente que mostraba al presidente Alberto Fernández en una conversación con dirigentes del Frente de Todos, sus dichos desataron polémica al decir que la provincia de Córdoba debía “integrarse al país” y provocó indignación entre el oficialismo provincial y la oposición nacional.
Un día después del escándalo, las definiciones del Presidente aun generan latigazos. Si bien en la Casa Rosada todavía mastican bronca por el nuevo error no forzado que protagonizó Fernández, en el Gobierno apuntan todos los cañones contra una sola persona: el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti.
Cerca del jefe del Estado no ahorraron adjetivos para hablar del mandatario cordobés. A él responsabilizaron por el video “maliciosamente editado” en el que Fernández habló de Córdoba como un territorio “hostil” que debería “integrarse a la Argentina”. En el video completo, difundido por el candidato a senador del Frente de Todos, Carlos Caserio, las frases más polémicas del Presidente son las mismas, pero incluye además una defensa de las obras y fondos que la Casa Rosada destinó a Córdoba.
La portavoz del Gobierno, Gabriela Cerruti, subrayó que Córdoba “nunca ha sido discriminada durante este Gobierno” y señaló que la provincia mediterránea “forma parte central de las iniciativas y preocupaciones” de las autoridades nacionales. “El presidente Alberto Fernández no solo no dijo lo que le intentan hacer decir, sino que dijo todo lo contrario. Sostuvo que Córdoba nunca ha sido discriminada durante este Gobierno y que espera que se integre, como todas las provincias, a la senda de crecimiento de la Argentina”, sostuvo.
COMENTARIOS