Deambulaba en bicicleta por Luján y cuando la Policía lo empezó a seguir hizo como si nada pasara. El patrullero se le puso a la par. “Señor, ¿cuál es su apellido y nombre?”, le preguntó una oficial de la Bonaerense. “Savanz, Carlos”, respondió él, que llevaba una capucha puesta. El conductor del móvil se bajó y fue a detenerlo. El hombre no se resistió. Detrás del rodado, dentro de una caja de cartón, estaba la nena que había tenido en vilo al país durante tres días.
Savanz, el cartonero que mantuvo cautiva a M., de 7 años, no sabía que lo estaban buscando. Así se lo dijo al sargento Diego Álvarez que se lo preguntó cuando lo subió al patrullero. “No sabía nada”, le dijo, según reconstruyó el agente.
La impresión de los oficiales de la Bonaerense que custodiaron al detenido en sus primeros momentos como detenido fue la de “una persona con un retraso madurativo”. Otros lo asociaron con su adicción a las drogas: “Está arruinado por el paco”, dijo un vocero del caso a la prensa.
“Dijo que si hubiera sabido que estaban buscando a la nena la devolvía. Que M. estaba bien, que su intención no era lastimarla”, agregó la fuente consultada.
Savanz fue imputado este jueves por “sustracción, retención y ocultamiento de un menor de 10 años”. Mientras está preso en la Alcaidía de la Policía Federal ubicada en Madariaga y General Paz, en la Ciudad de Buenos Aires, la Justicia está “evaluando el encuadre legal a partir de lo que surja de los estudios periciales respecto de la niña”.
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