Alberto Fernández deberá soportar los embates de la oposición frente al tratamiento legislativo del “aporte solidario” de los ricos.
PANORAMA POLÍTICO NACIONAL

Una ola de kirchnerismo explícito tapa el giro ortodoxo del ministro Martín Guzmán

Con el funcionario en el palco, Cristina mandó de vuelta el Presupuesto 2021 a Diputados y le dio luz verde a Máximo para avanzar con el aporte solidario de los ricos.

Hay dos hipótesis políticas sobre las contradicciones que exhibe la coalición gobernante. La primera es que la Argentina está ante un Gobierno en disputa, en el que distintas facciones intentan marcar el rumbo de la administración. La segunda es que se trata de una estrategia clásica del peronismo, con la que acapara el rol del oficialismo y de la oposición. Sin embargo, el resultado termina siendo el mismo: el país está impregnado por la incertidumbre económica.
Martín Guzmán ensayó un giro hacia la ortodoxia económica cuando el presidente Alberto Fernández lo emplazó para frenar la escalada del dólar. El ministro ordenó bajar el nivel de la emisión monetaria -desmesurado este año por efecto de la pandemia-; proyectó un Presupuesto 2021 sin los gastos extraordinarios del ATP y el IFE; y avaló la nueva fórmula de cálculo de las jubilaciones que, al no tener en cuenta el índice de inflación, aliviará las exhaustas arcas públicas.
El ministro de Economía instruyó la emisión de bonos dolarizados -a 20 años, con una muy costosa tasa de 17 por ciento-, un instrumento con el cual consiguió bajar la cotización del dólar “blue” en momentos en que se disponía a recibir en Buenos Aires a la misión del Fondo Monetario. En el plano político, la vicepresidenta Cristina Kirchner accedió a una sorpresiva reunión con Martín Redrado, de quien estuvo distanciada por años, a la que Guzmán parece haber replicado con una foto con Miguel Pesce, del Banco Central.
Ni bien alumbró el veranito cambiario y el Gobierno creyó que el dólar paralelo no pasaría la “línea destituyente” de los 200 pesos, volvió a escena la naturaleza política del kirchnerismo. El propio Guzmán la sufrió en carne propia en la última sesión del Senado, hasta donde se había acercado para celebrar la aprobación del Presupuesto 2021, pero se encontró con un insólito “error técnico” que terminó con la devolución de la “ley de leyes” a la Cámara de Diputados.

Diferencias con Massa
En la sesión, que presidió Cristina, quedó en claro que el kirchnerismo no está conforme con las prioridades que fijó Guzmán. “Dista mucho de ser un Presupuesto federal”, advirtió el senador neuquino Oscar Parrilli. Más allá de que se hayan traspapelado unas planillas de las obras públicas proyectadas para el año próximo, la devolución de la iniciativa a Diputados pareció simbólica: la Vicepresidenta no estará en la foto de aprobación de Presupuesto de “ajuste” en el Estado.
Tampoco recibiría, como lo hizo Sergio Massa, a los enviados del FMI para garantizarles apoyo político al programa que negocia Guzmán. El titular de la Cámara de Diputados se despachó con críticas al expresidente Mauricio Macri, quien acudió al Fondo en medio de la crisis de 2018, pero al fin y al cabo, se mostró permeable a la línea que sigue Guzmán, con aval de Alberto Fernández. Cristina, en cambio, le pidió a su hijo Máximo que desempolvara el aporte de las grandes fortunas.
Los seguidores de la Vice, entre ellos decenas de diputados y senadores nacionales, ya se preguntaban si el “Aporte Solidario” había sido sólo una bomba de humo para mantener a raya a los grandes empresarios. Incluso, algunos vivían el freno del proyecto como una traición a sus ideales políticos. Por eso, la inclusión de la iniciativa en el temario de la sesión especial de la Cámara baja para el próximo martes llevó alivio a las filas kirchneristas del Frente de Todos.
Pese a la demora en el tratamiento del proyecto, que hace dos meses tiene dictamen en la Cámara baja, el jefe del bloque del FdT no se quedó quieto en términos políticos: su pedido de convocatoria a la sesión especial fue acompañado por los bloques federales, entre los que figuran los referenciados con Roberto Lavagna y el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, lo que preanuncia una votación favorable de la iniciativa en torno a los 135 votos afirmativos.

La hora de Máximo
En el Senado, en tanto, el proyecto contaría con un piso de 40 votos, pero la recaudación posterior de unos 300.000 millones de pesos -entre unos 10.000 grandes contribuyentes, según el oficialismo- iría camino directo a la judicialización. En el propio oficialismo había sectores que pedían tratarlo en el marco de una reforma tributaria, para evitar la “doble imposición” o el “exceso confiscatorio”. Los especialistas en la materia estiman que la compulsa podría llegar hasta la Corte Suprema.
Además algunos técnicos subrayan que la muy pesada carga impositiva puede producir el efecto contrario al buscado. Puntualizan que ya varios importantes contribuyentes fijaron domicilio fiscal en otros países como ocurriera años atrás en Francia y citan el caso de Suecia que para atraer o retener emprendedores redujo la presión tributaria y obtuvo resultados significativos. Más cerca, varias naciones como Brasil, Chile, Uruguay y Perú tienen programas especialmente para extranjeros con el objetivo de atraer inversiones y ofrecen facilidades para quienes puedan crear nuevas empresas, tomando el ejemplo de países europeos.
En la misma sesión del martes, Máximo también pidió que se trate su proyecto para “proteger los ecosistemas de los incendios accidentales o intencionales” con la prohibición de vender los terrenos incendiados entre plazos que van de los 30 a los 60 años. El jefe de diputados del FdT argumenta que así se evitarán esas maniobras para facilitar emprendimientos inmobiliarios, mientras que la oposición advierte que la ley atentará contra la radicación de inversiones.
Pese a su perfil bajo, el hijo de la expresidenta será uno de los protagonistas de la semana que comienza. La Cámpora convocó a una manifestación al Congreso el día de la sesión en Diputados no sólo para apoyar los proyectos, sino también especulando con la posibilidad de que ese día envíe el presidente Alberto Fernández el proyecto para legalizar el aborto. “Ese es el objetivo”, deslizó ayer un dirigente de la organización de los ya no tan jóvenes dirigentes kirchneristas.
Los camporistas tienen ambiciones políticas. Para el año próximo quieren ubicar a la titular de Anses, Fernanda Raverta, a la cabeza de la lista de candidatos a diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires. Tal como están dadas las cosas, dependerán de que la nueva fórmula de cálculo previsional no perjudique a los jubilados. De otro modo, le dejarán a la oposición -que intenta reconstruirse en territorio bonaerense- los cuestionamientos servidos en bandeja.

Entre Ferraresi y Beliz
La designación de Jorge Ferraresi en el ministerio de Hábitat en reemplazo de María Eugenia Bielsa fue interpretada como un pedido de reconciliación del presidente Fernández a Cristina, ya que no se hablan desde que la Vice publicó la famosa carta en la que se refirió a los “funcionarios que no funcionan”, el 26 de octubre. El intendente de Avellaneda –ahora en uso de licencia- y segundo del Instituto Patria, sólo detrás de Parrilli, fue siempre el preferido de Cristina en el Conurbano.
Al igual que Cristina y Máximo, Ferraresi no es afecto a los micrófonos de los medios masivos, pero tendrá como vocero al exjugador de Racing Hugo Lamadrid. La salida de Bielsa estaba anunciada desde hace semanas, pero la rosarina resistió hasta el final: un llamado del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y otro posterior del Presidente le confirmaron que ya no sería ministra. Ahora debe responderle a Fernández si acepta reemplazar al fallecido Pino Solanas ante la Unesco.
La lista de posibles cambios en el Gabinete sigue siendo amplia y tiene una característica: todos los funcionarios apuntados son de los considerados “albertistas”. Nadie dice, en el FdT, que tendrían que irse el kirchnerista Wado de Pedro (Interior) o el massista Mario Meoni (Transporte). Pero el nombre de Gustavo Beliz, el secretario que se contagió coronavirus y obligó a aislar al presidente, está en boca de todos: su influencia sobre Fernández es seguida con desconfianza por Cristina.
El abrazo que se dieron Fernández y Beliz en La Quiaca, tras despedir a Evo Morales en su regreso a Bolivia, fue una muestra de la relación política y personal que une al Presidente con el secretario de Asuntos Estratégicos, cercano al pontificado del Papa Francisco. Beliz fue uno de los impulsores de la reforma judicial, tildada de insuficiente por la Vice, y también de la candidatura del juez Daniel Rafecas a la Procuración que -ya se sabe- entusiasma poco al kirchnerismo explícito.