Alberto Fernández decidió reflotar el Pacto Social. Tras un paquete de medidas para tratar de “domar” el dólar y reactivar la economía, el Presidente convocó a una reunión multilateral con empresarios y sindicalistas.
La cumbre, prevista para las 5 de la tarde de hoy, es en el marco de lo que el Gobierno llama “la agenda de la recuperación”. La dividen en dos ejes: producción y trabajo, dos palabras que Fernández repite en sus giras y actos, un mantra del optimismo que quiere trasmitir la Casa Rosada.
La invitación se cursó a las cúpulas de la Unión Industrial Argentina (UIA), las cámaras de la Construcción y de Comercio, la CGT y la CTA y, además, se incluyó a la Ctep, la central de la “economía popular” que engloba a movimientos sociales.
No fueron, a priori, convocados dirigentes del campo porque el Gobierno agendó para el 14 de octubre un mesa de trabajo con el Consejo Agroindustrial, entidad que elevó un plan para incrementar las exportaciones que está en estudio en Casa Rosada y Hacienda.
El encuentro será en Casa Rosada, específicamente en el Salón de las Mujeres, el mismo lugar donde la semana pasada el ministro de Economía Martín Guzmán anunció un paquete de medidas económicas.
La convocatoria se aceleró en estas horas y el encuentro, según el formato original, lo encabezará el jefe de Gabinete Santiago Cafiero junto con los funcionarios que integran el gabinete económico.
El Presidente decidió el fin de semana volver a poner la agenda del Pacto Social -la agenda habitual de un acuerdo de precios y salarios- sobre la mesa, una dinámica que empezó a agitar hace 15 días y que tuvo varios episodios en los que Fernández multiplicó sus reuniones con sectores empresarios, políticos y sindicales.
En esa línea, días atrás acordó que participará, de manera remota, del Coloquio de Idea. Asimismo, este semana tendrá una videoconferencia con la cámara de comercio de EE. UU., evento que está ultimando el embajador en Washington, Jorge Argüello.
En paralelo, durante la presentación del paquete de medidas de la semana pasada, los ministros tuvieron un gesto que no habían tenido hasta ahora con el mundo empresario: les anticiparon, en privado, los anuncios antes de su difusión y los invitaron a la presentación en Casa Rosada.
Aquel episodio sumó, en lo formal, otras particularidades: ordenó el factor de la comunicación luego de chispazos y desencuentros en ese otras presentaciones, y no contó con la presencia, en persona, de Fernández.
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