SE ARREPINTIÓ

Duhalde: “No tenía que haber dicho lo que dije”

El expresidente Eduardo Duhalde admitió ayer que “no tenía que haber dicho” lo que manifestó sobre un escenario golpista en el país, afirmó que sus declaraciones se deben a “una respuesta vinculada con la pérdida momentánea de la mente, que se desengancha de la realidad”, y dijo sentirse “tranquilo” luego de que políticos de varios partidos y el propio ministro de Defensa, Agustín Rossi, descartaran toda posibilidad de un eventual golpe de Estado.
En una entrevista, Duhalde respondió a las críticas que recibió de buena parte del arco político, organismos de derechos humanos y gremios por sus dichos sobre la posibilidad de una ruptura del orden constitucional en el país.
“He escuchado todas las repercusiones de mucha gente amiga. ¿Qué tiene que hacer un expresidente si una persona a la que tiene mucha confianza le dice que están preparando un golpe de Estado?”, se defendió.
El lunes pasado, en declaraciones televisivas, Duhalde había expresado que “es ridículo que piensen que el año que viene va a haber elecciones. ¿Por qué va a haber elecciones?”, y agregó que “entre 1930 y 1983 hubo 14 presidentes militares” y que “quien ignore que el militarismo se está poniendo nuevamente de pie en América no conoce lo que está pasando”.
El expresidente reveló que al ser alertado por un “señor del Ejército” sobre la posibilidad de un golpe de Estado se lo transmitió inmediatamente a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y luego al ministro de Defensa, Agustín Rossi.
“Cuando me dicen eso, quise ubicarlo a Rossi, no lo pude hacer, la llamo a Cristina, le digo pasa esto y ella me dijo: ‘Andá inmediatamente a ver a Rossi’ y el 18 de julio lo fui a ver. Le conté exactamente lo que yo conocía y me dijo: ‘Eduardo estoy absolutamente convencido de que las Fuerzas Armadas están defendiendo el sistema democrático, pero voy a averiguar’”, contó Duhalde.
Sin embargo, “yo seguía con miedo porque, a diferencia de la mayoría, yo viví, era intendente municipal de Lomas de Zamora, el golpe de 1976 con un dramatismo extraordinario. Mucha gente lo vivió con muchísimo dramatismo, no solo (por tener) hijos desaparecidos, sino además cientos de miles de picaneados”, agregó.