ADECUACIÓN POLÍTICA

Cambios en el Tribunal de Cuentas

El Tribunal de Cuentas bonaerense está a punto de adecuarse a los tiempos políticos que impone la gestión de Axel Kicillof. Y en un rápido viraje, desplazará a una serie de funcionarios que habían sido designados durante la administración de Cambiemos para nombrar en su lugar a otros que responden a distintos sectores del oficialismo.
Estos movimientos tienen que ver con el “cierre político”, como se define en fuentes del organismo de control, entre el presidente Eduardo Grinberg y Kicillof. Un primer eslabón de ese entendimiento quedó plasmado hace algunos meses cuando Ignacio Grinberg, hijo del presidente del Tribunal, desembarcó como número dos en la Asesoría de Gobierno.
Las designaciones y cambios de funciones que involucran a diversos funcionarios se concretarán el próximo martes, durante un plenario del organismo. Así, como parte del nuevo proceso de recambio, reasumirá María del Carmen Sabugal en la secretaría de Modernización y Fortalecimiento. El que dejará el cargo es Hernán González.
En tanto, la secretaría de Actuaciones y Procedimiento volverá a ser ocupada por Silvina Novello, quien había sido desplazada por la exgobernadora Vidal para ser reemplazada por María Florencia Vezzetti.
Tampoco podrá eludir la guadaña Felipe González Barlatay, actual secretario de Legal y Técnica, y que se había desempeñado como asesor del exjefe de Gabinete, Federico Salvai. Claro que estos nombramientos podrán concretarse producto de los realineamientos de algunos de los vocales del organismo. Grinberg había quedado en minoría con los nombramientos que impulsó Vidal en acuerdo con sectores del peronismo y debió morder el polvo de la derrota en varias votaciones que le minaron el poder. 
Pero ahora, ese escenario mutó. La nueva mayoría del Tribunal está compuesta por el presidente, el vocal Daniel Chillo (del sector de Sergio Massa) y Juan Pablo Peredo (que responde al intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde). Como opositores a esa mayoría quedaron Gustavo Diez y Ariel Pietronave, que habían sido nombrados por el vidalismo. 
En los corrillos del Tribunal de Cuentas se afirma que el acuerdo que cerró Grinberg con Kicillof terminó arrastrado a Peredo, que solía votar junto con los vocales referenciados en Juntos por el Cambio. Ese alineamiento era el que imponía condiciones en las votaciones y que ayudó a recortar el poder del histórico titular del organismo de control. Para el martes Grinberg convocó a una reunión presencial del directorio para consolidar las designaciones e instaurar el nuevo escenario de poder.
Será la primera desde que la pandemia impuso el aislamiento en la mayoría de las oficinas públicas.