Desde que se interrumpieron las clases presenciales en el país por la pandemia del coronavirus, mucho se habló sobre las desigualdades entre los chicos que pueden acceder a la educación a través de Internet y quienes no pueden. Desigualdades que, aislamiento mediante, se estarían profundizando. Ahora, ¿qué pasa con los docentes?
Sadop, el sindicato que representa a los maestros particulares, acaba de terminar un relevamiento entre sus afiliados y les dio que el 63% de los docentes de escuelas privadas no tienen una computadora propia en sus casas. Muchos de ellos deben compartir el recurso de trabajo con otros integrantes de la familia. La encuesta, afirman en el gremio, fue hecha a 8.000 docentes de todo el país entre el 2 y 12 de abril, de manera online y anónima. No especifican la metodología que usaron para hacer el estudio.
Más allá de los porcentajes, la cantidad de maestros de esos colegios sin computadora propia no deja de ser un dato preocupante, en momentos en que se habla del ensanchamiento de la brecha entre las personas con y sin conectividad en el país. Para muchas profesiones, entre ellos los docentes, la computadora se convirtió en un elemento central de trabajo. Y más aún para los maestros de escuelas privadas, sobre todo las que ofrecen plataformas de conexión virtual del tipo "premium" para la educación a distancia.
"La encuesta es un instrumento que nos da la posibilidad de ver cómo estamos en la actualidad y qué necesidades tenemos. Nos parece relevante y nos preocupa que un 63% de los docentes no tenga PC propia o la comparta con su familia, además de tener equipos viejos no actualizados en muchísimos casos. Es la principal herramienta de trabajo en tiempos de cuarentena", dijo Jorge Kalinger, secretario general de Sadop.
"Las exigencias que detectamos a través de la encuesta se multiplican para aquellos docentes que trabajan en más de una escuela y que tienen varios cursos y alumnos a su cargo", agregó Kalinger, de Sadop.
Los colegios privados estuvieron en las últimas semanas en medio de una discusión pública acerca de si debían o no cobrarles las cuotas a las familias, muchas de las cuales perdieron buena parte de sus ingresos por la cuarentena. Desde las cámaras del sector argumentaron que una reducción de las cuotas atentaba contra su negocio y las fuentes de trabajo de los docentes.
Tras una reunión con el ministro de Educación nacional Nicolás Trotta, las cámaras del sector se comprometieron a tomar en cuenta la situación de cada una de las familias. Firmaron un documento con recomendaciones para los colegios, entre ellos que se difiera el pago de las cuotas para quienes no lo puedan pagar mientras dure la cuarentena. Ningún alumno puede perder su matrícula si en este período sus padres no pueden pagar.
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