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ELECCIONES 2019

Macri llama a los radicales y negocia la vicepresidencia

El lunes en la Casa Rosada, el jefe de Gabinete sería el anfitrión para ofrecer el cargo en la fórmula que competirá en octubre.

Una versión con la que coincidían ayer diversos medios metropolitanos, indica que el jefe de Gabinete, Marcos Peña, se puso al frente de la convocatoria a los gobernadores radicales, Alfredo Cornejo (Mendoza), Gerardo Morales (Jujuy) y Gustavo Valdés (Corrientes) a una cumbre para el próximo lunes en Casa Rosada, con el propósito de abrir la fórmula presidencial y poner en la mesa de discusión la vicepresidencia.
Según trascendió, en la reunión también estarán la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal; el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio.
Allí, por primera vez, estará sobre la mesa de discusión la vicepresidencia. El llamado fue bien recibido por los popes radicales e, incluso, confirmó asistencia el propio Cornejo, que está enojado porque un macrista le planteará una interna al candidato que ungió para reemplazarlo en Mendoza. 
Aunque no dejan de fastidiarlo los cuestionamientos que escucha desde las propias filas de Cambiemos, el presidente Mauricio Macri está dispuesto a enviar una señal contundente para zanjar las diferencias en el ingreso a la recta electoral: por primera vez, habilitó a sus dirigentes de mayor confianza a ofrecer abrir la fórmula presidencial y ceder el cargo de vicepresidente al radicalismo.
Se trata de un gesto que Macri se resistía a dar, pese al reclamo creciente de dirigentes de la UCR por conseguir mayor influencia en la mesa de decisiones.
De hecho, cuando comenzó a sonar el nombre de la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, para ocupar ese lugar, la explicación que dieron desde el entorno presidencial para descartar esos rumores se basaban en el impacto en la coalición de Cambiemos que podía generar “abrir” la fórmula presidencial y desplazar a Gabriela Michetti para elegir a otra figura macrista pura.
Por su parte, Peña realizó el movimiento hacia el radicalismo para intentar apagar la interna.
En esa tarea, en los últimos días volvió a recurrir a los servicios de Frigerio, quien había perdido espacio en diciembre, cuando en medio de la euforia por el G20 y los números de las encuestas que -según planteaba el macrismo- hacían soñar con un triunfo en primera vuelta, un sector del Gobierno lo eligió para erosionarlo y empezó a fogonear su salida, luego de la ida del titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó.
La fecha de la cumbre no tiene otra explicación que la intención del Gobierno de anticiparse y dotar de una excusa fuerte a los radicales que defienden la continuidad en Cambiemos, de cara a la Convención Nacional de la UCR, aún sin fecha y cuyo desenlace es temido en el PRO. La frase de Federico Storani, que expuso que “no sería una locura que la UCR rompa con Cambiemos para apoyar a Lavagna”, todavía resuena en Casa Rosada.

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