Las fábricas de autos tuvieron que adelantar las vacaciones debido a la caída en la producción en un 1,4% en 2018, aunque las exportaciones crecieron un 28,5%.
“Con un promedio de 9 días hábiles de actividad como consecuencia del adelanto del receso estival y acondicionamiento de plantas por ejecución de nuevas inversiones, frente a 15 días de 2017, el conjunto de las terminales automotrices produjeron en diciembre 20.475 vehículos (autos y utilitarios), bajó 44,4% respecto de noviembre anterior y 38,5% menos en comparación con el nivel de un año antes”, comunicó la Asociación de Fábricas de Automotores.
La fuerte devaluación del peso a partir del segundo cuatrimestre de 2018 posibilitó reanimar moderadamente las ventas al resto del mundo, principalmente a Brasil, mientras que frente a la contracción del mercado interno por la pérdida de poder de compra de los salarios y la caída del crédito prendario, junto con el derrumbe de los planes de ahorro, llevaron a una contracción creciente de las ventas de importados.
De los datos de Adefa se desprende que en diciembre las ventas de las terminales al conjunto de las concesionarios se contrajo en 46,4%, con un desagregado de 39,7% menos en las de producción nacional y disminución de 48,9% en las procedentes del resto del mundo, mayormente de Brasil.
Como resultado de ese movimiento del intercambio comercial con el exterior, el mercado automotriz redujo el déficit en unidades a la cuarta parte: pasó de 47.642 unidades en diciembre de 2017 a 10.732 un año después.
Entre enero y diciembre, el acumulado de producción fue de 466.649 unidades, cayó 1,4% respecto de los 473.408 vehículos que se fabricaron en igual período del año anterior.
Las exportaciones finalizaron con un aumento de 28,5%, a 269.360 máquinas, en contraste con las ventas de importados que se derrumbaron 22,5%, a 483.989 unidades. De ahí surgió un recorte del déficit comercial del 48,3%, a 214.629 automotores, equivalente a poco menos de un tercio de la producción total del año.
DEVALUACIÓN
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