El presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, fue reelegido ayer al frente del cuerpo con el respaldo de la mayoría de los bloques parlamentarios, que elogiaron su capacidad de diálogo y trayectoria, durante una sesión preparatoria de la Cámara baja.
Al agradecer el respaldo de sus pares, Monzó dijo sentirse “orgulloso como político” y reivindicó la “rosca” política, al sostener que en base a esas conversaciones “se genera la confianza para aprobar las leyes y sacar un país para adelante”, y eso, aseguró, “no se hace de manera virtual sino que se hace de manera personal”.
Profundamente emocionado, el titular del cuerpo destacó que “el futuro de la Argentina está en el diálogo”, y puso de relieve los debates por la despenalización del aborto, la denominada “Ley Justina” para agilizar la donación de órganos, y la urbanización de villas, a la vez que se comprometió “a seguir trabajando en la construcción de puentes y cerrar grietas”.
Tras admitir la necesidad de realizar más sesiones sobre tablas y regular las cuestiones de privilegio, Monzó ratificó su decisión de que este sea su último año como diputado.
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