Si bien la Afip había avisado en abril de 2017 que comerciantes y profesionales debían empezar a ofrecer medios electrónicos de pago, la demanda de POS -point of sale, el dispositivo que se utiliza para hacer esa clase de operaciones- se terminó de despertar después del domingo 1 de abril, cuando entró en vigencia la obligatoriedad de la medida. A tal punto que, entre el lunes y el viernes de la primera semana del mes, se recibieron 8.000 solicitudes vía internet para instalar la terminal electrónica que lee tarjetas, es decir, el doble de las 4.000 que se reciben en una semana promedio.
Este número surge de Prisma, la empresa propietaria de LaPos -dueña de la red de terminales POS más grande del país-, que también informó que en marzo registró un crecimiento del 45% en ventas de dispositivos, respecto de febrero, a nivel nacional.
Además de LaPos, la otra empresa proveedora de POS es Posnet. Ambas ofrecen una bonificación por dos años a monotributistas en el mantenimiento de la terminal (alquiler mensual). Lo mismo rige para el caso de los no monotributistas, como los responsables inscriptos, si alquilan un dispositivo solo para tarjetas de débito. En tanto, si la terminal es crédito/débito pagan la mitad durante seis meses.
El servicio tiene un costo fijo mensual de mantenimiento de entre $250 y $400, a lo que se suman las comisiones que las tarjetas cobran por cada venta a través de ese sistema. El arancel máximo para las operaciones con débito es de 1,1% y para las con crédito, 2,35%.
POS móvil
Según Prisma también creció la demanda de los mPOS, es decir, los lectores que se conectan al teléfono celular o tablet. En marzo, aumentó en un 40% en comparación con febrero y la primera semana fue récord: comparada con los últimos cinco días hábiles del segundo mes del año, las ventas de mPOS subieron un 94%.
En tanto la competencia, Point, de Mercado Pago, informó que en marzo y los primeros cinco días de abril se triplicaron las ventas.
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