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OTRA JORNADA DE CAOS

Violenta marcha: manifestantes atacaron a policías y dejaron tendal de destrozos

Tras dejar un tendal de destrozos en los alrededores del Congreso, un grupo de manifestantes se replegó y arrojó piedras contra efectivos que respondieron con disparos de balas de goma y gases lacrimógenos.

La Plaza del Congreso se convirtió ayer por la tarde en un campo de batalla entre manifestantes y policías dejando un tendal de destrozos en la zona del Palacio Legislativo, donde se debatió el proyecto de ley de reforma previsional. Los graves incidentes dejaron un saldo de varios heridos y detenidos. 
Entre las personas que sufrieron lesiones se encuentran varios periodistas y fotógrafos. En tanto, desde la ciudad de Buenos Aires aseguraron que son al menos 50 los policías heridos como consecuencia de las piedras que lanzaron los manifestantes
Monumentos, columnas, bancos y glorietas quedaron destrozados por los violentos que despedazaron las estructuras para arrojar los cascotes a las fuerzas de seguridad. Tras la batalla campal en el Congreso, se registraron algunas corridas y choques en el cruce de las avenidas de Mayo y 9 de Julio, cuando las columnas de manifestantes se replegaron hasta esa zona proveniente de la zona del Congreso. Los manifestantes instalaron vallas en el medio de la 9 de Julio mientras algunos grupos arrojaban piedras a la policía, que a su vez repelía con gases lacrimógenos.
Los enfrentamientos se desataron a partir de las 13.30, cuando un grupo de jóvenes se desprendió de las columnas de partidos de izquierda en avenida Rivadavia casi esquina Rodríguez Peña, comenzó a arrojar piedras y botellazos contra la Guardia de Infantería, que repelió el ataque, inicialmente con bombas de humo.
Los jóvenes lograron derribar el vallado de esa esquina, y además utilizaron bombas de estruendo y gomeras que disparaban una lluvia de piedras contra los policías. A partir de allí, la Guardia de Infantería comenzó a avanzar para hacer retroceder a los jóvenes, muchos de ellos con las caras tapadas. Una particularidad, que no se vio en anteriores manifestaciones, es que varios llevaban máscaras de gas.  Las refriegas se acrecentaron en la plaza, con otra lluvia de piedras contra la Policía, que siguió avanzando hasta reponer las vallas sobre Rivadavia y Rodríguez Peña. Los jóvenes formaron barricadas, parapetándose detrás de placas de madera, mientras seguían arrojando todos tipo de objetos a la Policía que, con el correr de los minutos, logró desplazarlos de la plaza y por avenida de Mayo hasta la 9 de Julio, donde continuaron los desmanes. Al cierre de esta edición los ánimos se habían calmado, tras la desmovilización de los miles de manifestantes que marcharon pacíficamente y del repliegue de los violentos que generaron los disturbios y empeñaron un legítimo reclamo.

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