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REPAROS DESDE LA OPOSICIÓN A LA REFORMA ELECTORAL

Gobierno no consigue apoyo para implementar la boleta electrónica

Los bloques opositores y algunos aliados creen que la instrumentación debe ser gradual y no en todo el país, con vistas a las elecciones de 2017

El Congreso no le daría el gusto al presidente Mauricio Macri y dispondrá que, al menos en las elecciones legislativas del año próximo, el sistema de boleta única electrónica (BUE) se instrumente de manera gradual en algunas ciudades, no en todo el país, como pretende el jefe del Estado.
La aplicación de la BUE como instrumento de votación en reemplazo de las polémicas listas sábana es el eje principal del proyecto de ley que elaboró el Gobierno y que por estos días debate la Cámara de Diputados. Todos los bloques políticos advirtieron que sería un "error" y una "imprudencia" aplicar este sistema en todo el país en las elecciones de 2017.
Incluso el radicalismo y la Coalición Cívica, socios de Cambiemos, son de la idea de una instrumentación gradual. Advierten que hasta las elecciones del año próximo no habrá tiempo material para instalar semejante innovación tecnológica en todos los distritos del país, capacitar efectivamente al electorado y realizar las auditorías que exige el sistema.
Los bloques de Sergio Massa (Frente Renovador) y de Diego Bossio (Bloque Justicialista) coinciden.
Las advertencias no sólo provienen del Congreso. La Cámara Nacional Electoral (CNE) y los juzgados electorales del interior también creen inconveniente que todo el país vote con la BUE dentro de tan poco tiempo. "No rechazamos el uso de la tecnología como instrumento de votación, pero debería aplicarse de manera gradual, con la suficiente capacitación y los medios necesarios para una auditoría eficaz", esgrimió el presidente de la CNE, Alberto Dalla Vía, la semana pasada en la Cámara de Diputados. Incluso desde la gobernación bonaerense de María Eugenia Vidal, aliada indiscutida de Mauricio Macri, algunos emisarios hicieron saber a funcionarios de la Casa Rosada que lo mejor sería una aplicación paulatina del nuevo sistema en la provincia más populosa del país.
En general, todos los bloques -salvo el kirchnerismo y la izquierda- están de acuerdo con modificar el actual sistema de papeletas, blanco de innumerables críticas por las trampas y los robos que se producen durante el día de la votación.
Es más, la mayoría de los legisladores ve con buenos ojos que la tecnología escogida sea la BUE y no el voto electrónico, más permeable a hackeos e irregularidades. Además, la BUE les ahorraría a los partidos políticos el enorme costo de la impresión de boletas.
Pero la experiencia de otros países que la adoptaron aconseja la gradualidad, aseguran los opositores.
Y exhiben como ejemplo el camino que tomaron Salta y Chaco, dos de las provincias que adoptaron la BUE. En Salta hubo experiencias parciales en 2009, 2010 y 2011; el trabajo se completó en 2013. En Chaco, la BUE se usó por primera vez en las elecciones del año pasado, donde se instrumentó en 300 mesas distribuidas en los distritos de Resistencia, Sáenz Peña, Charata y Machagai.

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