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EXPLOTACIÓN TAMBERA

El que se quema con leche, produce menos

Argentina volverá a mostrar en este ciclo una nueva caída en la producción, alejando otra vez la posibilidad de alguna mejora.

Los tambos desaparecen uno tras otro, porque las promesas de recuperar la rentabilidad con la venta de leche no se cumplen y la esperanza de los productores de lograr precios acordes se desvanece año tras año.
Con ese panorama, no debe llamar la atención que el país muestre una nueva caída en la producción lechera. Mientras ello ocurre, Estados Unidos se convirtió en el segundo mayor productor mundial de leche, detrás de la India, nada menos que con más de 6.000 millones de dólares anuales en exportaciones, a partir de un crecimiento acumulado del 21% en los últimos diez años.
Por su parte, los principales países productores también siguieron aumentando sus volúmenes alentados por un período de fuerte crecimiento económico mundial y, como contrapartida, la Argentina volverá a mostrar en este ciclo una disminución, alejando otra vez la posibilidad de alguna mejora productiva, tras más de una década de producción estancada entre los 10.000 y 11.000 millones de litros.
La baja, la segunda consecutiva, y que colocará el volumen en torno a los 11.000 millones de litros, y tal vez menos aún (a fines de los 90 ya se habían superado los 10.500 millones de litros), será producto en este caso tanto de los problemas climáticos, con muchas lluvias y humedad, lo que dañó especialmente a las pasturas y verdeos de invierno (imprescindibles para la producción lechera), como por la caída de la renta, resultado del continuo aumento en los costos, con grave incidencia del nuevo "congelamiento" en los precios que reciben los tamberos, impuesto otra vez por el Gobierno nacional.
En este sentido, si bien el acuerdo entre "privados" había alcanzado a los $ 3,30 por litro, la Secretaría de Comercio Interior sólo autorizó $ 3 que, de incumplirse, podrían significar una restricción/castigo en los otorgamientos de permisos de exportación (ROE) para las usinas lácteas que se excedan en el pago de la materia prima.
Éstas, a su vez, también están muy complicadas por salarios, impuestos, mayores costos, caída de la demanda interna, baja en los precios internacionales de la leche en polvo, y los cuestionados "precios cuidados", fijados por la Secretaría de Comercio Interior, con los que pretenden proteger el poder de compra de los consumidores.

Precios bajos y costos altos

Pero el caso es que los $ 3 para los tamberos no alcanzan para cubrir los costos de producción del litro de leche de acuerdo con los cálculos de los principales analistas, tales como Márgenes Agropecuarios que, en su edición de este mes, destaca que el costo en dólares del litro de leche es de u$s 0,38 lo que equivale a casi $ 3,10, lo que no sólo no dejaría margen para que viva el tambero, sino que estaría arrojando un quebranto de 10 centavos por litro.
De ahí que, además del estado de asamblea permanente declarado por la Mesa Lechera, que conforman 15 organizaciones del campo (incluyendo a las 4 entidades de la Mesa de Enlace), se multipliquen las gestiones para intentar que alguna autoridad interceda para que la producción láctea no termine como la carne en 2011/12, o el trigo el año pasado, con caídas tan abruptas que casi comprometieron hasta el consumo interno.
Para eso se cuenta con el respaldo, para nada menor, de los gobiernos de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires, justamente las tres principales provincias productoras que ven, con alarma creciente, el cierre y achicamiento continuo de establecimientos, tanto tamberos como usinas, ambos, con importante absorción de mano de obra.
Así, la cadena láctea productiva está cada vez más complicada con crecientes pérdidas operativas en lo que va del año que, en el caso de las industrias, fueron "disimuladas" en algún caso, con venta de activos, pero que, en general, están marcando un aumento del endeudamiento general, agravado por la falta de financiamiento accesible, ya que las altísimas tasas de interés y los plazos de pago, imposibilitan casi cualquier opción. Por su parte, los créditos oficiales apenas se circunscriben a tambos de determinadas características y en zonas declaradas en emergencia, lo que deja al grueso afuera.
Ante esto, la estrategia tiene dos instancias: la coyuntural, lo inmediato, y lo estructural para el mediano-largo plazo. En el primer caso, el hecho es que si no se mejora ya la renta tambera como para que se pueda aumentar el nivel de alimentación de las vacas que están a punto de parir, la producción de primavera, que es la más importante, sufrirá una caída aún mayor a la prevista, acentuando el retroceso. 

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