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PRIMER AÑO DE PAPADO

Francisco, embajador universal de la carne vacuna argentina

Hijo de inmigrantes, como tantos argentinos, protagonista de la movilidad social ascendente, como tantos otros, Jorge Bergoglio es, como todos los nacidos en este rincón del mundo, futbolero y fanático del asado.

Tomaba mate, viajaba en bondi, iba a la cancha, comía asado y, en medio de todos esos signos inequívocos de la argentinidad, evangelizaba, daba misas, escribía homilías polémicas, recorría villas y visitaba enfermos.
Así era la vida cotidiana de Bergoglio, el Cardenal Primado de la Argentina que en estos días cumplió un año como Papa, llegando a lo más alto de la jerarquía eclesiástica desde ese extraño país del fondo del planeta en el que las vacas son tan sagradas como en la India pero se las venera a la parrilla.  Quienes lo conocen –cada vez hay más, como ocurre con todos los "famosos"- cuentan que una de las aficiones de Bergoglio, incluso cuando visitaba la "Iglesia Nacional Argentina" de Roma, era disfrutar del típico asado con sus compatriotas, cosa que por estos días no le debe resultar tan fácil por cuestiones de protocolo.
La iglesia en cuestión está situada en la plaza Buenos Aires de la capital italiana y, además de ser un templo abierto, funciona como residencia para dieciocho sacerdotes argentinos que estudian allí.
"Bergoglio venía en el colectivo o en el metro a visitar  siempre que podía", aseguró a The Associated Press el padre Carlos Rubia, que vive en la residencia: "Compartíamos mesa y comía con nosotros como un sacerdote más", dijo.
Rubia, nacido en Mendoza, recuerda que el ahora Francisco conversaba con los sacerdotes, celebraban misa y la jornada terminaba con un gran asado en el que de vez en cuando se colaba alguna que otra discusión sobre su adorado equipo de fútbol San Lorenzo de Almagro.
"Era uno más. Muy sencillo. Un gran pastor", comentó. Pero los asados de Bergoglio no sólo se consumaban en el exilio. De acuerdo a informaciones periodísticas, la familia Lüdy conoció al Papa cuando el hijo mayor ingresó al Colegio Máximo de San Miguel para ordenarse como sacerdote en la década del ‘80.
Según contaron, Bergoglio solía visitar Corrientes para compartir asados.
Dora Araujo Vásquez, madre del sacerdote José Lüdy, aseguró que el Papa siempre se hacía tiempo para compartir un buen asadito con la familia.

Y en las villas, también

Es de dominio público que el Arzobispo de Buenos Aires "pateaba" las villas. Hablaba con los vecinos, impartía sacramentos, tomaba mate y hasta aceptaba el convite para sumarse a los asados.   Antonio Páez, habitante de la Villa 31 bautizado por Bergoglio, contó a la prensa española los asados que comió junto a los vecinos. "Yo lo invité a un ‘chori’ y mis amigos me decían: ‘¿Pero cómo lo vas a invitar al Arzobispo?’. Pero lo llevamos y comió. Estaba avergonzado. Ahora lo pienso y queda mal llevarle un ‘chori’ al Papa... (risas). Bromeaba con él diciéndole: ‘Falta el vino’, y él me decía: ‘Ahora lo tomamos’", recordó Páez con emoción.

¿Asado peronista?

Por si faltara algún aspecto que lo vinculara a la cultura parrillera, algunos opinólogos del peronismo, de esos que nunca faltan, como Julio Bárbaro o Gabriel Mariotto –por nombrar dos referentes opuestos del "movimiento"-, sostienen que Jorge Bergoglio es justicialista.
De hecho, dos días después de su designación como Papa, el centro de la Ciudad de Buenos Aires amaneció empapelado con unos afiches en los que se veía al nuevo Papa con la inscripción "Francisco I, argentino y peronista".
Este aspecto es, para el folklore de la política argentina, la constatación empírica del amor del religioso por la carne a la parrilla: hijo de inmigrantes, peronista y futbolero, el futuro Papa estaba condenado a ser fanático del asado.

Asado en la red

La carnívora argentinidad de Francisco fue rápidamente advertida en las redes sociales y, pocos minutos después del "habemus papam", uno de los comentarios más compartido en Facebook y Twitter señalaba que el humo blanco de la fumata se debía al primer asado pedido por Bergoglio.
Incluso algunos famosos hicieron alusión al tema, como el cantante Ricardo Montaner, que en su cuenta de Twitter escribió: "El nuevo papa celebrará con un buen asado!!! #HabemusCHEPAPAAA".

Carambola I: un aplauso para el asador

El viernes posterior a la designación de Francisco, el por entonces secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, se reunió con empresarios de la carne, como cada semana, en un encuentro al que informalmente llamaban "la escuelita de los viernes".
Antes de comenzar la reunión, un exultante Moreno –a quien le atribuyeron los afiches mencionados anteriormente- pidió a los referentes de la cadena de ganados y carnes un aplauso. No para el asador, como quizás correspondería en ese ámbito, sino para el Papa que, según sus palabras, "es argentino y peronista".

Carambola II: el Papa y el rey

Según una nota publicada en la revista Noticias, veinticuatro horas antes de la sorpresiva elección de Bergoglio, el gobernador bonaerense Daniel Scioli le avisó en confianza a Alberto Samid: "Ojo que Bergoglio tiene muchas chances".
La anécdota no tendría nada que ver con este artículo si no fuera porque a Samid se lo conoce como el "rey de la carne", título de pseudonobleza carnicera que él mismo se impuso.

Carambola III: el cielo de los argentinos

En uno de sus cuentos más memorables, el escritor Roberto Fontanarrosa imaginó "El cielo de los argentinos": era, ni más ni menos, que el patio de una casa en la que un grupo de amigos compartían, a perpetuidad, un gran asado.
Lo que el "Negro" Fontanarrosa no imaginó es que años después un Papa, quien que debe conducir la grey hacia el cielo, surgiría precisamente de ese ambiente parrillero con el que todos los argentinos sueñan.

Carambola IV: San Lorenzo y la parrilla

Una última curiosidad parrillera. Bergoglio es hincha y socio de San Lorenzo de Almagro. Y San Lorenzo –el santo, no el club- pereció asado en una "parrilla de sacrificio".

Embajador de la carne argentina

Después de aquel recordado paso de comedia del gobierno de la Alianza (cuando nombraron a distintos famosos como "embajadores agropecuarios" y una de ellos, Paloma Herrera, cuando fue consultada por las virtudes del asado argentino contestó que era vegetariana) la carne vacuna de las pampas tiene ahora un embajador universal impensado. Es Francisco, el Papa que buscaron del fin del mundo, la tierra de los asados y la buena carne.
Habemus Papam. Habemus novum legatum ad Argentina bubulae. (Tenemos un nuevo embajador de la carne vacuna argentina).

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