OPINIÓN

Tironeo entre el Gobierno y la Mesa de Enlace

Las entidades agropecuarias que integran la Mesa de Enlace protagonizaron esta semana un nuevo tironeo con el Gobierno al ser convocadas por el ministro de Agricultura, Norberto Yauhar, “por separado” a una reunión con cada una a lo largo de tres semanas de marzo.
La Mesa de Enlace le dijo “no” a Yauhar y “respetuosamente” le pidió que utilizara alguna de esas fechas para un encuentro con todas juntas; el Ministerio les respondió a través de una carta de reiteración.
Por lo tanto, Coninagro, Sociedad Rural Argentina (SRA), Federación Agraria Argentina (FAA) y Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), es decir la Comisión de Enlace, se encuentra como al principio, sin diálogo a la vista con el oficialismo y con la evaluación en agenda de una improbable protesta: el boicot a la venta de la soja nueva por parte de los productores.
La idea surgió en la asamblea de productores de Pehuajó y enseguida dividió a las entidades y dirigentes.
En este sentido, fue Carlos Garetto, el titular de Coninagro, que agrupa a las cooperativas agropecuarias como ACA (Asociación de Cooperativas Argentinas) que es exportadora de granos en ascenso, y le conviene que los productores vendan su soja, el portador de una de las voces más fuertes.
“Es insostenible”, dijo Garetto sobre la medida al evaluar que los productores deben hacer frente a los compromisos preexistentes con la cosecha de soja que comienza ahora en marzo y su discurso se multiplicó en los medios.
Pero le correspondió a Néstor Roulet, ex vicepresidente de CRA, poner los números al asunto.
“El sector sojero está desfinanciado en 5.000 millones de dólares”, aseguró.
Expresó que esa falta de financiamiento proviene de los costos elevados que tuvieron que pagar los productores agrícolas para sembrar la soja 2012-2013.
“Si analizamos que la devolución de estos 5.000 millones de dólares representan alrededor de 17 millones de toneladas de soja, implica que descontando los costos indirectos, cosecha, transporte y comercialización, sólo quedan 22 millones de soja disponible para encarar la campaña 2013-2014”, señaló ya que la cosecha sería de 50 millones de toneladas.
De acuerdo con el análisis efectuado por Roulet, el 56 por ciento de la cosecha, unas 28 millones de toneladas, estarán destinadas a abonar un 34% de insumos, 8% de servicios de cosecha 10% de transporte y 4% de otros gastos de comercialización.
Una serie de asambleas que comenzarán el próximo 2 de marzo problablemente en el Chaco y seguirán en Córdoba, Corrientes y Entre Ríos servirán para despejar la incógnita.
Garetto explicó a esta columna que le parece absolutamente lícito que sea la Mesa de Enlace la que dialogue con el Gobierno porque los problemas son comunes a todos los productores.
No obstante reconoció que federaciones y entidades que integran Coninagro, como es el caso de las vitivinícolas y ACA, entre otras, concurren a los Ministerios y organismos en búsqueda de soluciones para avanzar en la solución a problemas exclusivamente sectoriales.
Elbio Ghía, a cargo de FAA en Entre Ríos, ya que Alfredo De Angeli pidió licencia para ocuparse de las lides políticas, se mostró partidario de gestionar a los gobiernos provinciales y nacional por su parte y no esperar algún resultado de la Mesa de Enlace.
Ni lerdo ni perezoso, ni bien estuvo al frente de la FAA entrerriana, Ghía de la Línea (interna) Federal se entrevistó con Yauhar. “Conseguimos cosas, yo prefiero salvar a 45 productores de arroz y a un grupo de frutihorticultores que quedarme sin hacer nada”, nos dijo.
Esta metodología provoca que los grandes temas se reduzcan a la mínima expresión porque los dirigentes que son “atendidos” gestionan el arreglo de un “tramo” de ruta, vital para el transporte de la cosecha, o logran “un” decreto de emergencia agropecuaria pendiente desde 2012: resultados considerados parciales.
Para la analista Susana Merlo, el productor es, en este panorama nacional, el eslabón más débil porque sufre los grandes conflictos: falta de infraestructura vial, problemas de comercialización, dificultad para acceder a créditos, carencia de financiamiento, ahogo económico, endeudamiento, fletes caros y más.
Roulet lo sintetizó así: “Hoy el tema es que el Gobierno necesita dólares y lo quiere sacar del sector agropecuario”, que se encuentra en una situación difícil por “las intervenciones negativas del Gobierno que distorsionan los precios” de los productos agrícolas y “por la alta presión impositiva y los factores climáticos desfavorables”.
La soja da que hablar porque implica cerca del 25 por ciento de las exportaciones de Argentina y las retenciones son del 35 por ciento: la suspensión de su venta haría tambalear la estructura, se especula en un esquema donde un 20 por ciento de pooles de siembra, empresas y grandes productores maneja el negocio agrícola.
El 80 por ciento restante está integrado por pequeños y medianos productores que tienen acceso a muchas menos hectáreas. Son los sin espalda para aguantar.

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