El monocultivo de soja poco a poco pierde lugar con las gramíneas.
El monocultivo de soja poco a poco pierde lugar con las gramíneas.
SE TERMINA EL MONOCULTIVO DE SOJA

Las gramíneas están cada vez más cerca de igualar con la oleaginosa

En la región núcleo, 7 años atrás, por cada hectárea de trigo o maíz se sembraban 4,4 de soja. En el 2021 la relación bajó a 1,4. Y podría bajar más, porque existen localidades que señalan una suba superior al 10% interanual en área maicera.

Desde su pico máximo en la campaña de 2014, cuando la soja se sembraba sobre sobre soja casi sin mediar otro cultivo, a la actual estrategia sembrar 3 cultivos en dos años, de los cuales dos son gramíneas, la agricultura ha cambiado drásticamente en los últimos 7 años en la región núcleo. Y ha sido un cambio favorable que ha hecho más sustentable a la producción y que vuelve a afirmarse: la campaña 2021/22 marcaría el récord de la menor superficie sembrada con soja de los últimos 10 años. Con lo cual la proporción de soja respecto al trigo y al maíz caería a 1,4. O sea, en este año, por cada hectárea de maíz o trigo se sembrarán solo 1,4 de soja, un índice 3 veces menor que el hace 7 años. Y protagonista de este cambio es el maíz, que ya muestra un aumento de un 8% interanual. Pero la gran actividad de la precampaña maicera ya empieza a mostrar que el área incluso puede crecer más. También, otro pequeño cultivo que gana de a poco terreno y suma al equipo de las gramíneas es el sorgo.
En la región núcleo, para la campaña 2021/22 se espera un incremento anual de 137 mil hectáreas de maíz (+8%), 50 mil hectáreas de trigo (+2,5%) y una caída de soja de 100 mil hectáreas (-2%). Pero, ¿por qué el aumento de gramíneas es tan importante para hacer a la producción más sustentable? Hace algunos años, cuando dominaba la soja en el paisaje de la región, la falta de rotación incentivaba la aparición de malezas resistentes, pérdida de fertilidad de los suelos y de biodiversidad. El quiebre de esta tendencia fue en la campaña 2016/17. A partir de allí, los incentivos comerciales acompañaron la adopción de lo que es la práctica más eficiente a mediano plazo para el control de malezas, plagas y cuidado del suelo: la rotación de cultivos.
"Hay una gran actividad de compra de semillas de maíz", indican en el centro sur de Santa Fe, donde ya estiman un incremento del 10 al 15% del área intencionada, respecto a la del año pasado. En el sur de Santa Fe, también destacan una fuerte inversión en híbridos de maíz y la superficie podría aumentaría un 10%. En Colón, en el noreste bonaerense, también aumentaría el área con gramíneas, pero impulsada principalmente por el maíz. Allí, estiman un incremento de un 5 a 10%.
“Nadie afloja, se está haciendo un gran esfuerzo para sembrar la mayor cantidad de lotes posibles antes de que se vaya la humedad”, resumen los técnicos esta semana. Ya se sembró un 30% del total de trigo a implantar. Por un lado, se hace todo lo posible por no perder oportunidad de siembra en ningún lote, pero también hay excesos hídricos que complican el progreso de la siembra. Esto sucede por ejemplo en noreste bonaerense: en Colón se implantó solo el 5%, en General Pinto, un 7%. El año pasado, la carrera contra la desecación hizo que se adelante la siembra de los ciclos largos e intermedios. En esta misma fecha, la región llevaba sembrada la mitad del área intencionada. En cambio, en este 2021 el centro sur santafesino lleva implantado solo un 25% del área.
Hacia el sur de Santa Fe, la humedad de siembra es óptima y el progreso es de casi el 30%. El sudeste de Córdoba lleva un gran avance y en Marcos Juárez logró plantar el 75% del trigo.

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