El concepto de producir con la mirada puesta en la sostenibilidad del recurso, se está implementando en forma progresiva en los sistemas de producción agroganadera. El desarrollo de nuevas herramientas aplicables a la producción hace hoy cada vez más posible mejorar la eficiencia productiva respetando el medio y la inocuidad alimentaria.
Hace dos décadas sólo se pensaba en mejorar la eficiencia productiva en base a la utilización de genética e insumos, sin pensar demasiado en la conservación del recurso. Términos como sustentabilidad y producción sostenible recién comenzaban a mencionarse, y no existían estrategias orientadas a objetivos sostenibles en los sistemas de producción, y mucho menos, protocolos y herramientas a aplicar en las actividades que se desarrollaban en ellos.
En estas últimas dos décadas comenzaron a utilizarse protocolos con contenidos en ese sentido y la sostenibilidad dejó de ser una palabra marketinera para comenzar a tomar dimensión en los objetivos productivos.
Buenas prácticas…los primeros pasos
En esa dirección, el diseño de buenas prácticas en sistemas de producción comenzó a formularse, para que sean aplicadas al desarrollo de actividades llevadas adelante en las producciones agropecuarias.
Una Buena Práctica es una experiencia o intervención que deberá ser eficaz y útil en un contexto concreto, contribuyendo al afrontamiento, regulación, mejora o solución de problemas y dificultades que se presenten en el trabajo diario de las personas en los ámbitos de la producción.
En tal sentido Las Buenas Prácticas agrícolas, ganaderas, de manufactura y otras de a poco se fueron y se están incorporando tanto en sistemas productivos, como en las actividades de establecimientos agroindustriales e industriales.
Los organismos de contralor comenzaron a exigirlas y esto favorece la formulación de diferentes propuestas, por lo que su implementación se generaliza cada vez más.
Sistemas de certificación…
El paso siguiente a la implementación de Buenas Prácticas fue el de la utilización de Protocolos ambientales de certificación para cada sistema y cultivo. En este aspecto debe destacarse que muchos de ellos fueron desarrollados para sistemas de producción en otros países, por lo necesariamente debieron ser y se están adaptando a nuestros sistemas productivos. En esa línea, las certificadoras pudieron auditar sistemas agrícolas, pero resultó más difícil cuando las normas y los check-list debieron implementarse en producciones de carne, leche y huevos. En los cultivos agrícolas más importantes y papa ya existen estas normativas impulsadas por la industria que exige su cumplimiento, en respuesta a estándares internacionales. En ese sentido se trabaja activamente en los sistemas ganaderos y se están definiendo en corto plazo protocolos adaptados.
Esto incluye la definición de la Empresa en una política de protección del ambiente, condiciones laborales, relación con la comunidad, preservación de la vegetación nativa, permanente capacitación a trabajadores en seguridad, higiene, salud y otros aspectos hoy presentes en las buenas prácticas, que hace poco se ignoraban.
La Seguridad alimentaria…
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la seguridad alimentaria consiste en el “acceso físico, social y económico a productos seguros, nutritivos y en cantidad suficiente como para satisfacer los requerimientos nutricionales”. En general, el fin de la seguridad alimentaria es que los alimentos que lleguen al consumidor final sean seguros, desde el punto de vista físico, químico y microbiológico, es decir, exentos de sustancias que puedan poner en peligro la salud.
La legislación vigente establece una serie de requisitos en todas las etapas de la cadena alimentaria: producción, transformación, almacenamiento y transporte hasta el consumidor final.
Para ello, es indispensable que se asegure la correcta trazabilidad del producto. La trazabilidad es la capacidad de poder seguir los pasos de un alimento a través de cada una de las etapas de la cadena alimentaria, gracias al establecimiento de un correcto sistema de identificación y control.
También en producción de carne
El primer eslabón en la cadena alimentaria es la producción primaria, encargada de la producción o cría de los animales destinados al consumo. Es responsabilidad garantizar condiciones higiénico-sanitarias apropiadas, evitar riesgos para el medio ambiente, control de contaminantes, plagas, enfermedades animales, así como informar de cualquier sospecha de peligro potencial para la salud humana.
En definitiva, la seguridad alimentaria constituye la pieza clave que garantiza la calidad y seguridad de la carne y los derivados a lo largo de toda la cadena alimentaria, desde la producción primaria en los campos, hasta la mesa de los consumidores.
(*) Ingeniero agrónomo; estudio ambiental, [email protected]
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