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El trabajo consiste en una simulación de la situación fiscal.
SEGÚN UN ESTUDIO

La presión fiscal de un productor de soja en el NEA llega al 78% de sus ingresos

"Las producciones de granos del norte sufren una elevada presión impositiva por la gran cantidad de tributos nacionales, provinciales y comunales" que abonan, dice el trabajo elaborado por Julio Calzada y Sofría Corina para el Informativo Semanal de la BCR.

La presión fiscal para un productor mediano de soja de primera en el norte argentino equivale a pagar "un único impuesto a las ganancias del 78%" de sus ingresos, según un estudio difundido esta semana por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
El trabajo consiste en una simulación de la situación fiscal de un productor del NEA que explota 300 hectáreas propias destinadas a la siembra de soja de primera.
"Las cifras lucen desproporcionadas en perjuicio para el productor", asegura el informe elaborado por Julio Calzada y Sofría Corina para el Informativo Semanal de la BCR.
"Las producciones de granos del norte argentino sufren una elevada presión impositiva por la gran cantidad de tributos nacionales, provinciales y comunales" que abonan, dice el trabajo. 
Enumera entre los gravámenes que debe afrontar un productor agrario, los derechos de exportación, impuesto a las ganancias, a los bienes personales, ingresos brutos, tasa vial para mejora de caminos, tasas comunales, impuesto inmobiliario rural, a los débitos y créditos bancarios e impuesto a la transferencia de combustibles (ITC). 

El costo del transporte
La simulación tiene en cuenta también los "elevados costos de transporte" del productor ubicado "a 700 kilómetros de distancia de los puertos y/o fábricas del Gran Rosario" y un rinde 25 quintales por hectárea. 
De acuerdo con el estudio, "si el sistema tributario tuviera solamente un único impuesto a las ganancias y elimináramos el resto de los tributos que hoy se cobran", la presión fiscal "equivale al 77,5%".
En cuanto a la distribución de los recursos producidos por la cosecha, según la BCR "la torta que genera un campo norteño de 300 hectáreas se reparte así: 40% lo perciben los Gobiernos, 48% va a los costos de implantación y el 12% restante le queda al productor".
En esa línea, sostiene que el productor "siembra soja y recibe por hectárea un ingreso bruto de US$ 611". 
Y agrega que "luego de pagar todo, le quedan finalmente US$ 104 por hectárea" mientras que "los Gobiernos nacional, provincial y comunal –con todos sus impuestos y retenciones- recibiría por la actividad de este productor aproximadamente US$ 343 por hectárea". 
Para la Bolsa de Rosario, "se trata de una desproporcionada carga fiscal que no premia en absoluto el esfuerzo productivo".

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