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ENFOQUE

La alfalfa también tiene lugar en ambientes limitantes

La alfalfa es la principal forrajera de Argentina. Posee niveles de proteína superiores al 20%, suficientes para cubrir los requerimientos de bovinos de alta producción.
Con baja humedad relativa y suelos arenosos puede alcanzar hasta 30 toneladas de materia seca por hectárea anuales con irrigación suplementaria. 
Sin embargo la mayor rentabilidad agrícola ha desplazado las pasturas en general a lotes inferiores, donde la producción es mucho menor. 
Los suelos vertisoles entrerrianos son ejemplo de estas restricciones, en muchos casos comunes a otras zonas del país. Sumados a los bajos contenidos de fósforo (prioritario para  alfalfa), los altos contenidos de arcilla que poseen ocasionan inundaciones temporarias y afectan la penetración de las raíces para captura de aire y agua. 
Como consecuencia, las pasturas producen alrededor de un tercio del potencial y no persisten más de 3 a 4 años por debilitamiento y muerte de plantas.
La producción de alfalfa es primavero-estivo-otoñal, con cultivares que presentan cierto crecimiento invernal aunque bajo e incluso nulo en años extremos. 
Así, la combinación de superficies menores de cultivares de baja producción invernal y verdeos de elevado crecimiento en esa estación es una alternativa más productiva.
El pastoreo en cortos períodos (menores a 7 días) del forraje acumulado (25 a 45 días) es imprescindible para obtener persistencia y producción de forraje elevado, ya que la planta  inicia el rebrote a partir de reservas que se reponen posteriormente. 
Este manejo rotando las parcelas disminuye simultáneamente la selección y el rechazo de forraje en cercanías de orina y bosta, controlando malezas y minimizando el riesgo potencial de empaste. 

Con baja humedad relativa y suelos arenosos puede alcanzar hasta 30 toneladas de materia seca por hectárea anuales con irrigación suplementaria. 

La contrapartida es una calidad de forraje algo menor ya que el animal está forzado a consumir más tallos. Una experiencia local determinó que para una misma cantidad de forraje acumulado, los animales prácticamente duplicaron el consumo cuando pastorearon  una parcela nueva cada día en lugar de una por semana (la misma superficie total dividida en 7 parcelas versus 1 parcela). En cuanto al manejo estacional, el crecimiento de primavera se inicia a partir de las sustancias de reserva acumuladas en la base de los tallos (coronas) en otoño-invierno. 
Durante primavera y verano las reservas se mantienen bajas aún con períodos de hasta 45 días entre utilizaciones. Por lo tanto, el pastoreo debería iniciarse cuando se haya acumulado elevada cantidad de forraje de calidad. 
En veranos extremadamente secos y cálidos, se han observado aumentos de rendimiento de hasta 1200 %, aplicando riego. Dada la rápida saturación hídrica de los vertisoles, no se  aconsejan caudales de agua elevados ni por períodos prolongados que ocasionen muerte de plantas por asfixia.
El otoño es crítico, ya que debe permitirse la reposición de reservas que aseguren la supervivencia invernal y el inicio del rebrote primaveral. 
Sería suficiente permitir un crecimiento de 5 semanas previo a la fecha promedio histórico de primera helada. Posteriormente, cuánto más intenso sea el uso invernal mayor será el retraso del rebrote primaveral.
La calidad de la planta se encuentra en las hojas, ya que los tallos son altamente indigeribles. Localmente se confirmó que en botón floral (o 13 a 14 nudos en tallo), las hojas representaron 50% del forraje total. 
A partir de este momento la relación hoja-tallo disminuyó continuamente, indicando que el tiempo máximo entre utilizaciones no debería exceder 13-14 nudos. 
En tal sentido, productores de avanzada (CREA) inician el pastoreo cuando en el promedio del cultivo se observa el octavo nudo.
Finalmente es importante tener en cuenta que el manejo ideal deberá ser flexible y en situaciones se apartará del recomendado anteriormente. 
La idea es que todos los años deberían cambiarse los lotes "castigados", o sacrificar aquellos lotes que están prontos a ser roturados.

 (*) Técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. 

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