El Movimiento Argentino para la Producción Orgánica (MAPO) intensifica el incremento de los cultivos que no utilizan agroquímicos y que se desarrollan en más de tres millones de hectáreas, mientras que el 99 por ciento se destina a la exportación con la estrella demandante que es Estados Unidos, comprador del 80 por ciento.
Los productos orgánicos argentinos exportados devuelven divisas por 210 millones de dólares al año, según explicó a NA, Guillermo E. Butler, el presidente del organismo que hace dos décadas impulsa esta actividad en el país.
Además de la exportación, hay una corriente que intenta captar el mercado interno para volver a crecer, ya que los argentinos compraban en 2001 el 15% de los orgánicos, expresó Vicente Defelice, asesor en producción orgánica e ingeniero agrónomo.
"En los últimos años cada vez más los consumidores requieren alimentos orgánicos con precios de distinto valor porque en los supermercados tienden a ser considerados "premium", en tanto las ferias itinerantes como así los negocios dietéticos tienen valores adecuados", sostuvo Defelice.
En el MAPO se considera que ha habido un crecimiento en los últimos dos años de la comercialización interna: "Nos encontramos trabajando fuertemente para su crecimiento en ferias que se realizaron con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires", indicó Butler.
Así se encuentran alimentos orgánicos en las ferias FIAB (Ferias Itinerantes de Abastecimiento Barrial) en el ámbito porteño que se instalan todos los viernes y sábados.
Los viernes se encuentran en la intersección de las calles Bartolomé Mitre y Reconquista y los sábados en las plazas Rivadavia y Aristóbulo del Valle, en fechas alternadas y también hay ferias con orgánicos, en Funes, provincia de Santa Fe.
Para Butler es importante destacar que "la producción orgánica hoy es una verdadera realidad en la Argentina y muy diversa. Está presente en las 23 provincias con todas las producciones locales de alto valor agregado y comercial".
"Girasol, maíz, aceites, lino, vinos, frutas finas, cítricos, hortalizas, el 45% de los productos orgánicos se venden elaborados o industrializados con alto valor agregado y trabajo manual", añadió.
Otros productos de origen animal como lana y carnes también se encuentran disponibles, pero todavía hay mucho por hacer, si se considera que mundialmente se comercializan alimentos orgánicos por 65 mil millones de dólares.
Un fenómeno que se percibe en el ambiente orgánico es que "a los jóvenes, su conciencia ambiental los lleva a arrimarse e interesarse en este tipo de producciones y son consumidores concientes de estos productos", afirmó el dirigente.
También reciben muchas consultas provenientes de personas ancianas, o con enfermedades que quieren "comer sano".
El MAPO es un movimiento que surgió de jóvenes estudiantes universitarios en su mayoría y Butler es uno de sus socios fundadores.
En esta etapa, el Movimiento ha mantenido reuniones con distintas autoridades del actual gobierno como el secretario de Valor Agregado del Ministerio de Agroindustria, Néstor Roulet; la subsecretaria de Alimentos y Bebidas, Mercedes Nimo, y el directorde Agroalimentos, Pablo Morón.
Los integrantes del MAPO han planteado su accionar e inquietud respecto de las zonas periurbanas restringidas para agroquímicos que existen en las poblaciones rurales y que son espacios que se pueden dedicar para el cultivo de orgánicos.
En este sentido, también han tomado tomado contacto con el secretario de Medio Ambiente, Diego Moreno, y el diputado Cali Villalonga.
Butler explicó que "la idea del MAPO es brindarles el conocimiento de una alternativa de producción hoy llamada orgánica compatible con la restricción de agroquímicos, que a su vez tiene dos beneficios: mayor valor de los productos y cuidado del recurso suelo y ambiente".
Sostuvo que, en este sentido, hablan con las autoridades municipales y de colegios además de acompañar al productor agropecuario con información y destacó que el Ministerio de Agroindustria realiza cursos para productores y asesores.
La UBA, por su parte, tiene la carrera de Tecnicatura de Producción Vegetal Orgánica cuyo director es Mario Clozza.
Para los porteños está vigente la aplicación que se encuentra en la web www.guiaorganica.org.ar desarrollada por Agroindustria para cualquier computadora o teléfono celular y que le permite al usuario colocar su ubicación barrial y consultar sobre todos los almacenes y comercios donde se venden distintos alimentos orgánicos que están certificados.
En tanto, uno de los desafíos es que el consumidor logre comprender que el producto orgánico posee una calidad diferencial y que es auténtico.
Para eso se lo certifica, como señaló en un análisis, Pedro Landa, presidente de OIA, Organización Internacional Agropecuaria, pionera en certificación.
Es así que para obtener esta calidad, el productor debe cumplir con una norma durante un período de dos años hasta obtener el certificado orgánico final.
"Durante este lapso, los productos pueden ser rotulados y comercializados como "orgánicos en transición" y recién luego de dos años de seguimiento de las normas de producción orgánica, obtiene el certificado de calidad orgánica", dijo Landa.
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