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CEREALES DE INVIERNO

El maíz tardío se quedó sin rentabilidad

Las previsiones acerca del El Niño, la complicada cosecha en ambientes saturados de humedad y la proyección de márgenes negativos le quitan las ventajas exhibidas al maíz de diciembre.

Los cultivos de maíces tardíos y de segunda de la campaña 2014/15 no dieron los resultados esperados, tanto en el rendimiento productivo como en el resultado económico. Con un progreso de la cosecha sobre el 90% del área, se reajustan los rindes con una nueva baja, pasando el promedio de 80 quintales por hectárea a 79 quintales.
En general, los maíces como sucesores del trigo se comportaron mucho más irregulares que los tardíos desde el punto de vista de productividad unitaria, a lo que se suman los resultados económicos negativos. Las proyecciones para el trigo/maíz 2015/16 muestran valores aún más preocupantes. Por eso, a diferencia del ciclo pasado, son muy pocos los productores que tengan presupuestado hacer maíces de segunda.
Las expectativas de un año con lluvias por encima de lo normal también juega en contra de los maíces de diciembre y las proyecciones indican una baja de superficie que aún no es posible cuantificar. No hay dudas de que como cultivo único o como doble cultivo, sembrado antes o después, el maíz no está siendo una opción viable para el productor. A corto plazo y bajo las condiciones imperantes, en las distintas zonas se advierte una desaparición significativa del maíz como alternativa productiva dentro de las intenciones de siembra.

El “choclo” en el mundo

Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, el rinde de la campaña 2015/16 alcanzaría los 104,7 quintales por hectárea en ese país. Precisamente por eso, en los últimos diez días el forrajero ha caído un 14,23%, presionado por las perspectivas de un aumento del rendimiento de los cultivos. El mercado previamente había descontado que las abundantes lluvias del mes de junio iban a generar una merma en el rinde, pero las perspectivas han cambiado y los operadores se han reajustado a esta nueva situación.
Pero ¿es descabellada esta proyección de 104,7 quintales por hectárea? Si se analiza la evolución histórica solo en dos campañas se superaron los 100 quintales por hectárea, en la pasada que se alcanzó una producción récord de 343,6 millones de toneladas y en el ciclo 2009/10. Sin embargo la tendencia de los últimos 15 años es positiva, donde solo se ubican por debajo de ella los años de sequía.
Al considerar la evolución de los cultivos, se encuentra que en los principales estados productores, entre los que se destacan Iowa, Nebraska y Minnesota, la proporción del área implantada en estado bueno y excelente es mayor al promedio nacional que se encuentra en 70% con lo cual la perspectiva de la abundante cosecha aumenta.
La abundante oferta actual sumada a las perspectivas de producción han llevado a las bajas cotizaciones que generaron una retención en el productor norteamericano. Otro factor de presión es la posición que toman los fondos de inversión, que aunque según el último reporte se encuentran comprados en el forrajero, en la última semana se han liquidado posiciones.

El trigo tiene el agua que necesita


El trigo, a pesar de las buenas condiciones de desarrollo, recibió pobres dosis de nitrógeno a la siembra, no tendrá el refuerzo necesario de la refertilización en macollaje. En la mayor parte de la región, se destaca que los suelos están bien provistos de agua y no deberían tener demasiados problemas para pasar el invierno en el caso de que se afiance un escenario seco.
De todas maneras, unas lluvias serían muy bienvenidas al norte de los departamentos cordobeses de Unión y Marcos Juárez, donde empiezan a señalarse algunas deficiencias en lotes con poco desarrollo. De todos modos, los trigos están finalizando el mes de julio en pleno macollaje, sanos y sin daños.
El potencial del cultivo parece que esta vez estará más limitado por el exiguo paquete tecnológico aplicado que por las condiciones del clima.

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