El ganador en las categorías U-12 y U-14 es llevado en andas por amigos y allegados.
El ganador en las categorías U-12 y U-14 es llevado en andas por amigos y allegados.
TIENE DOCE AÑOS Y YA OBTUVO DOS TÍTULOS NACIONALES

El surf tiene futuro con Thiago Passeri, el hijo del multicampeón Martín Passeri

El talento precoz e hijo de una leyenda se coronó en las categorías U-12 y U-14, además de competir en U-16 y U-18.

Thiago Passeri es hijo de Martín Passeri, el surfista más ganador de títulos argentinos de la historia nacional, tiene 12 años y ya se consagró campeón en dos categorías, las U-12 y la U-14, además de competir en algunas fechas en las divisionales U-16 y U-18.
“Lo único que hice fue repetir lo que hizo mi viejo conmigo en 1982: meterlo al mar, pararlo en la tabla, agarrarlo de las manos para darle más estabilidad y soltarlo en la ola. Hasta que un día me dijo ‘papá, no quiero que me empujes más, dejame agarrar solo las olas…’. Es, de alguna forma, lógico que haya salido surfista, pero en realidad, a diferencia de lo que viví con mi hija Zoe, no le bajé tanta información y lo dejé ser. Hoy noto que es un apasionado, como yo”, dijo Martín Passeri, de 45 años, el sufista más ganador de títulos nacionales en la historia, que suma seis.
Recuerda bien cómo fue el proceso de aprendizaje con Thiago, su hijo de 12 que hoy está en boca de todos en el ambiente luego de haberse consagrado campeón argentino en dos categorías, un año después de haber sido subcampeón en ambas. 
Un proyecto que, cada día, es una realidad más concreta. “Ser campeón de dos es una locura, no lo puedo creer. Me lo propuse y lo logré. Y lo estoy disfrutando mucho porque es lo que me encanta hacer”, explica el menor de una familia que vive para el surf, con el padre aún en actividad como competidor pero además siendo el coach de Thiago y del mejor equipo argentino, el Team Quiksilver & Roxy, que logró cuatro campeonatos en el circuito junior que terminó en Mar del Plata.
A los 12, Martín cuenta que no tenía la misma vida que Thiago, aunque sí compartía la misma pasión que hoy desborda a su hijo. “A esa edad vivía en Buenos Aires, estudiaba en el colegio San José y jugaba al rugby. Pero ya me quería venir a vivir a Mar del Plata porque sentía que lo mío era el surf. Se lo planteé a mi papá, pero me dijo que no era el momento y tuve que esperar hasta los 18. Terminé el secundario y me mudé”, destacó quien tuvo un impacto en este deporte, por su nivel, disciplina, pasión y desbordante profesionalismo.

"Siento no tener ninguna mochila"
Thiago cerró el circuito con sendas victorias en el Quik Roxy Young Guns, que le dieron los títulos de ambas categorías, y parece llevar sin problemas ser hijo de una leyenda. Señaló: 
“Algunos creen que me pesa, pero para mí es al contrario. Me lo tomo con naturalidad, de forma relajada y siento no tener ninguna mochila. No quiero brillar más que él, aprovecho la parte buena, que es tener a alguien que me acompaña y me enseña. Él es mi coach, me acompaña, guía y enseña… A veces, cuando nadie quiere meterse al agua conmigo, él va. O me mira de afuera. Eso es especial”, resaltó Thiago. 
Entre ambos no hay confusiones entre los roles que ocupa cada uno. “Normalmente lo veo como mi papá, pero hay momentos en que es mi coach. Como cuando hablamos de surf o estamos en el ámbito de la escuela o el equipo. Pero, cuando jugamos al fútbol, andamos en skate o jugamos en casa, es mi padre. Sé ubicarme”, comentó. 
Por su parte, Martín explicó: "Antes que nada, soy padre y debo educarlo. Pero hay momentos en que soy coach y él entiende que es un atleta más. A veces le exijo un poquito más por ser mi hijo, sobre todo en cuestiones de respeto, dinámica de grupo. Él es inteligente y se da cuenta”.
Comparten muchas horas por día y numerosas actividades, no solo surf. Al respecto, Passeri padre afirmó:
“Lo importante es que realmente le encanta lo que hace. Vemos campeonatos juntos, compartimos mucha información, pero por lo general es un ida y vuelta, como si fuera un compañero más… Y, muchas veces termino aprendiendo yo, sobre todo cómo enseñar, qué decir y cuándo no decir nada… Porque acá yo lo guío, pero su vida es su vida y su carrera es su carrera. Y decide él. Es competitivo como yo, pero no deja de practicar el deporte por la esencia misma del surf”, precisó. 
Y el chico, joya de Quiksilver Argentina, asiente. “Thiago como persona es bastante parecido al surfista, aunque no en todo porque cuando me meto al agua con amigos lo hago más para divertirme”, dejó en claro.

Acompañarlo "sin presiones"
Cada año, Thiago va a más y Martín y Mariana, padre y madre que están siempre al pie del cañón, aseguran que, a esta edad, lo que más quieren es que “la pase bien, sea feliz haciendo lo que le gusta”. Dejan claro que lo van a acompañar, “pero sin presiones y siempre respetando los procesos de sus edades. Queremos que siga con sus amistades, sus otras actividades, sus estudios… Respetaremos su maduración, sin sobrecargarlo. Algunos dirían ‘llevalo a Hawaii a hacer el circuito projunior’, pero lo vamos a llevar de a poco, sin saturarlo. Que él vaya eligiendo”, explicó el papá. 
Thiago va igual al frente. “Me gustaría poder viajar, no sé si a competir, pero tal vez sí ir a algunas playas a conocer otras olas y vivir otras experiencias. Al menos en el corto plazo. A futuro, claro que tengo sueños. Correr el Championship Tour (CT) con los mejores. Pero voy paso a paso, disfrutando el día a día. Es increíble lo que me está pasando”, finalizó Thiago Passeri.

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