Alberto Marenzana
En 2007 ganó la Media Maratón de Junín.
HISTORIAS EN LA PANDEMIA

Corre de día y de noche: la vida de un atleta que también es recolector de residuos

Alberto Marenzana tiene 48 años y supo estar en los lugares privilegiados del atletismo juninense. Hoy, en el marco de la pandemia, brinda un trabajo esencial y es uno de los tantos héroes anónimos que merecen nuestro reconocimiento.

En el marco de la pandemia, el atleta Alberto Marenzana desarrolla una tarea esencial. Corre de día y de noche, porque además de su pasión por el atletismo también es recolector de residuos. 
Entre sus logros más importantes, en 2007 ganó el tradicional medio maratón de Junín. Formó parte de las agrupaciones atléticas más destacadas de nuestra ciudad y también jugó al fútbol en la primera división del Club Independiente. 
Además del deporte y el trabajo, Alberto es el sostén de una linda familia, conformada por su señora María Rosa y sus hijos Agustina y Franco.


Los comienzos en el deporte, el presente atravesado por la pandemia y los deseos para el futuro formaron parte de la siguiente charla. 
"Mi primer contacto con el deporte fue jugando al fútbol, en el Club Independiente de Junín. Yo jugaba de marcador de punta, de cuatro, pero también he jugado de tres. No tenía problemas con los perfiles", recordó en relación a los inicios.
Pero la faceta de Alberto como futbolista debió postergarse debido a una lesión que sufrió en el ámbito laboral. Al respecto, contó: "Laburando me caí del camión y tuve una rotura de meniscos en la rodilla. Me operaron y ahí fue cuando decidí dejar el fútbol". 


Añadió: "Estuve parado un año o dos y no aguantaba más. Siempre me gustó hacer deporte y ahí fue cuando me decidí por el atletismo. Y por suerte encontré gente que me guio y así arranqué".
"Me gustó tanto que corrí alrededor de catorce años. Pero a los 40 años decidí no correr más, por otras cuestiones personales. Hoy tengo 48", agregó. 
Entre los momentos más lindos que le regaló el atletismo, Alberto seleccionó: "Gané dos carreras de 22 kilómetros, después salí tres veces segundo y en 2007 gané el medio maratón".

Deporte y trabajo
Durante su carrera como atleta, Alberto siempre trabajó como recolector de residuos. Sobre este esfuerzo, expresó: "Siempre fue duro, un desgaste importante. Tengo seis horas de correr detrás del camión, de estar bajando y subiendo constantemente".
Agregó: "Tenemos un recorrido de 265 cuadras. Entre que vas y volvés, podés llegar a hacer 22 kilómetros, todos los días menos los sábados. Siempre tengo un horario de noche, me acuesto a las tres de la mañana todos los días".
A pesar de que hace ocho años que no corre y a pesar del duro trabajo que realiza a diario, Alberto no pierde las ganas de volver a correr. Al respecto, remarcó: "El atletismo tiene algo especial, siento que no me voy a retirar nunca. Me imagino hasta corriendo de grande". 


Aclaró: "Yo sé que no sirvo para hacer trotes, ese es otro tema. En el sentido de que si es por trotar salgo hoy. Pero tengo mucha competencia interna y me gusta ponerme bien e ir por todo. Pero bueno, por ahora creo que no es el momento". 
Completó: "Salir a hacerlo por hobby está bien, pero el tema es que no se me complique a mí en no pasarme de vuelta. Por ejemplo, hace cinco meses quizás salía para hacer cinco o seis kilómetros y terminaba haciendo 16 kilómetros. No es normal eso. El cuerpo tiene memoria, todo atleta lo sabe". 


"Hoy por hoy estoy unos cuantos kilos arriba. Tendré que trabajar para bajarlos. Sin embargo, el cuidado lo mantengo", remarcó. 
Por último, Alberto se refirió a su trabajo, al hecho de salir todos los días y sabiendo que el contexto es complicado. En este sentido contó: "Tuve muchas sensaciones durante este tiempo. Lo viví desde lo bueno y desde lo malo. Aunque ahora para mí es todo malo". 
Amplió: "Lo bueno es que te sentís parte, yo siento que estoy colaborando con algo. Tengo dibujos de chicos que me han dado que me dicen: Gracias por cuidarnos. Eso te alienta a poder hacer algo. Sentís como que ponés algo. En realidad, acá hay mucha gente que está más en riesgo que nosotros".


"Yo voy con mi compañero en el camión y vamos con el tapabocas y guantes. Antes podíamos compartir una gaseosa y, hoy por hoy, es todo cuidado. Tenés que estar desinfectado y en ese sentido estamos un poco complicados. Pero bueno, yo digo que uno se acostumbra a todo, el ser humano puede hacerlo, adaptarse a todo. Después hay que ver la manera", finalizó.
En definitiva, el presente lo encuentra en pleno combate pero la pandemia tarde o temprano terminará y quizás allí sea el momento de volver a las pistas. Mientras tanto, trasmitimos el mayor de los reconocimientos para uno de los tantos trabajadores esenciales que hoy arriesgan la vida por nosotros.

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