Juveniles de Los Miuras, en la entrega de los obsequios.
Juveniles de Los Miuras, en la entrega de los obsequios.
SOLIDARIDAD Y DEPORTE

Pidió una pelota de rugby para el Día del Niño y desde Los Miuras respondieron con un gran gesto

Gabriel Becerra tiene 11 años y cumplió un pequeño sueño.

En la semana previa al Día del Niño, Gabriel Becerra, de 11 años, les comentó a sus "seños" de "La Casita del Saber" que le encantaría tener una pelota de rugby. A partir de allí comenzaron las gestiones y el resultado final superó las expectativas. 
Entre los protagonistas de esta historia, Cecilia Nizzi y Verónica Figgini ocupan un lugar importante. Ellas colaboran permanentemente con "La Casita del Saber" y al enterarse del particular pedido decidieron contactarse con jugadores del Club Los Miuras. 
Sobre este primer paso, Figgini, docente de La Casita, contó a Democracia: "La idea fue ser padrinos mágicos por un día. Y justo ese día era el Día del Niño. La "Casita del Saber" está ubicada en el barrio San Antonio, en avenida República y Camino del Resero, y a ahí los chicos pidieron su regalo".


Agregó: "La mayoría de los nenes pidió una pelota de fútbol pero el pedido de Gabriel fue distinto, él dijo que le encantaría tener una pelota de rugby. Entonces, a partir de ahí, Cecilia (Nizzi) se contactó con algunos jugadores de Los Miuras".
En el siguiente capítulo intervinieron Martín Ronchi y Carlos "Curly" Mazzarino, capitanes y referentes del plantel de primera división del Club Los Miuras. Al enterarse del pedido de Gabriel, ellos trasladaron la inquietud al resto de los jugadores y la respuesta no tardó en llegar. 
"Cuando me enteré de lo que había pedido Gabriel, no dudé en decir que sí", contó Ronchi y agregó: "Con los jugadores tenemos un grupo de whatsapp y cuando conté lo de Gabriel, en media hora ya se habían sumado todos para colaborar". 
En definitiva, el grupo de jugadores no solo decidió regalarle la pelota que el pequeño había pedido, sino que también le obsequiaron una camiseta de Los Miuras y además lo invitaron a formar parte del club.


Al momento de recibir el regalo, quienes estuvieron presentes no olvidarán jamás su carita de felicidad. En este sentido, Mariana, mamá de Gabriel, contó a este diario que su hijo no se separa de la pelota y que hasta suele dormir con ella. 
"Fue un regalo inesperado, él siempre mira los partidos de rugby por la tele y hacía bastante que quería una pelota. La verdad es que estoy muy agradecida, él se lo merece porque es un chico muy bueno", agregó.
En definitiva, la historia tuvo un final feliz. Gabriel lo soñó y su sueño se hizo posible. Así, la solidaridad, el deporte y el amor volvieron a dar otro ejemplo de su inmenso poder.

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