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El billarista nacido en Ascensión y que reside periódicamente en Junín es uno de los mejores del país.
EL ASCENSIONENSE RESIDE ALTERNATIVAMENTE EN JUNÍN Y EN CAPITAL

Guillermo Pérez: "Al billar lo asocian a gente vaga y trasnochadora, lo cual está lejos de la realidad"

"El Turco" está entre los mejores exponentes del país en esta disciplina. También fue destacado futbolista, jugando en las categorías formativas y en cuarta división de Arsenal de Sarandí y de Temperley, hasta que debió dejar el balompié por la muerte de su padre.

Guillermo Daniel Pérez cumplió a mediados del mes pasado 54 años, es padre de dos hijos (Clara y Santiago) y tras cursar estudios primarios y secundarios en la localidad en la cual nació, Ascensión (Partido de General Arenales), se recibió de odontólogo en la Universidad de Buenos Aires, instaló sus consultorios en Junín y en la Capital Federal, donde actualmente realiza la cuarentena social, preventiva y obligatoria.
Es un destacado jugador de billar, habiendo ganado varios torneos a nivel nacional y jugado a nivel internacional varios Panamericanos y dos mundiales en esta disciplina, además de haber sido en su juventud un gran futbolista, con pasado en inferiores de Arsenal de Sarandi y de Termpery, llegando hasta cuarta división. Pero debido al fallecimiento de su padre, tuvo que dedicarse de lleno a los estudios hasta obtener la graduación como dentista.


Al ser entrevistado por Democracia, "El turco" Pérez se refirió inicialmente a sus inicios como billarista, señalando: "Comencé a jugar y a tirar los primeros tiros a los 7-8 años, en el Club Singlar de Ascensión. Me llevó mi hermano y rápidamente me encantó el juego. Era muy común en los pueblos que los jóvenes vayan a divertirse a los clubes, a jugar a las cartas y también al billar. En ese momento, época de la Dictadura Militar, los menores no podían concurrir tan fácilmente. Por eso, me conformaba con jugar en una mesa de mármol, utilizando bolitas, en el fondo de mi casa. Cuando tenía 15 años gané mi primer torneo en el Club Social de Ascensión, pero poco después viajé para estudiar a Capital Federal. A los 17 ya estaba instalado en Buenos Aires y me dediqué a estudiar, quedando el billar de lado".
"Se jugaba mucho también al casín en la zona, pero yo nunca lo practiqué".  "Por los años ´80, todo el deporte pasaba por la radio y poco por la televisión. Y como a mí me gusta la mayoría de los deportes, tenía la costumbre de escuchar los domingos por la noche el resumen de todo el fin de semana. Y por supuesto que entre ellos estaban los resultados del billar argentino. Hablaban del Boedo Billar Club y de un jugador, Fabián Oliveto, que ganaba casi todos los torneos y era el número 1 de ese momento. Con los años jugué en ese club, llego a conocerlo y cuando le gané por primera vez le cuento la anécdota detallada. Hoy en día, somos grandes amigos, hemos viajado a distintos Panamericanos y juntos clasificamos con Fabián para un mundial de parejas, jugado en Alemania en 2017".

Entre los líderes de los maestros de nuestro país
Continuando con su relato, Pérez reconoció: "No tengo un ídolo del billar en particular. Sí me gustan los jugadores que estaban y siguen estando en el ranking de los 10 mejores desde hace muchos años. Los jugadores belgas, holandeses, turcos, españoles y alemanes son la elite del mundo. En los últimos 7-8 años, apareció una camada de jóvenes coreanos y vietnamitas, quienes pelean palmo a palmo con los europeos. Se cree que hay más de 10.000 jugadores en Corea. Es el tercer deporte nacional y hay un canal que durante las 24 horas pasa exclusivamente billar. En América, los colombianos, los estadounidenses y los mexicanos lideran el ranking continental, por eso es tan dificil clasificar para un mundial en la instancia previa de los Panamericanos. En Argentina, Juan Pablo Cisterna, Fabián Oliveto y yo lideramos el ranking de maestros".
Recordando sus participaciones deportivas de este año, frenadas por la llegada de la pandemia, el ascensionense radicado en Junín detalló: "En un nacional terminé tercero y disputé además dos torneos `relámpagos´ (porque se juega en un solo día), de los cuales gané uno y fui tercero en el otro. También competí en un certamen internacional en Mendoza, pero no me fue demasiado bien y perdí en la instancia de octavos de final". Mientras que en relación a sus actuaciones más destacadas de su "historia" billarística, "El Turco" (amigo personal de Gustavo Florencio Zamudio, periodista colaborador de Democracia) enumeró:
"La verdad que fueron muchísimas. Las más importantes internacionales fueron los Panamericanos que disputé. Dos veces en la Argentina, en 2009 y 2017; en Chile 2010; en México 2011; Colombia 2014; y en Perú 2015 y 2016. El mejor resultado lo obtuve en Lima 2016, lo cual me permitió jugar dos campeonatos mundiales. Uno individual en Bordeaux (Francia) en 2016 y otro por parejas en Viersen (Alemania) en 2017, junto con Carlos Fabián Oliveto. También he participado en tradicionales torneos internacionales en el país, como la Copa Los 36 Billares; la Copa Boedo Billar Club; la Copa Álamo Internacional, auspiciada por esta marca de Rent a car Internacional. Afortunadamente, en los últimos años pude al menos ganar una vez estos torneos y he perdido alguna que otra final, destacándose que en cada certamen se juntan no menos de 60 jugadores. El balance para mí es sumamente positivo".

Efecto pandemia en lo laboral y en lo deportivo
Sobre cómo lo ha afectado la pandemia y la cuarentena que generó la llegada del coronavirus, Guillermo Pérez dijo:
"Hace alrededor de seis meses que estoy en Buenos Aires y hasta allí, viajaba semanalmente a Junín y trabajaba como odontólogo en los dos lugares. Se me dio por quedarme en CABA debido a un contrato profesional como auditor odontológico en una obra social importante. Fue algo con suerte y decisivo, debido a que se complica hoy en día viajar semanalmente a Junín, por los contagios estando yo en una zona de alto riesgo. También soy director de una clínica odontológica y comparto consultorio con un amigo. Por eso estoy bastante ocupado para practicar billar como quisiera . De todas maneras, los clubes hoy por hoy están cerrados y practicar y jugar es imposible. Lo última participación fue en un torneo en Mendoza, en marzo pasado, justo antes del distanciamiento social. Por ahora, priorizo la auditoría, que hago desde mi casa, porque soy personal de riesgo con esta profesión, así que es lo más seguro y saludable en esta cuarentena interminable y necesaria".
Reflexionando seguidamente sobre el juego de billar, Pérez reconoció: "Lamentablemente, en la Argentina es un deporte que está en extinción. En nuestro país, son cada vez menos los jóvenes que lo practican. Juegan más al pool, debido -según me parece a mí- que lo consideran más fácil y lo digo con mucho respeto a la gente que juega al pool y, además, encuentran una mesa con mayor facilidad.  Para jugar al billar hay que asociarse y practicarlo en un club. El casín (otra modalidad del billar) es más popular aún, pero por nuestra zona hay muy pocos jugadores, ya que escasean las mesas de billar y en Junín directamente no hay, salvo que la tenga algún particular. Culturalmente, estos deportes son vistos de reojo. Lo asocian a gente vaga y trasnochadora, lo cual está muy lejos de la realidad. Es un deporte-ciencia y practicado con todo el profesionalismo en Europa, ya que  son deportes Indoors debido a los crudos inviernos que allí se registran y este es un deporte para practicar adentro. Son varios los jugadores que viven del billar, son profesionales. Esa, sin dudas, es la gran ventaja que nos llevan. Sus políticas deportivas son subvencionadas por cada gobierno y pueden competir semanalmente por toda Europa. Yo, con mi profesión de odontólogo, semanalmente solo puedo practicar alguna hora o los fines de semana. Obviamente, no hay chances de competirles", expresó el entrevistado.

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