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El deportista que se dirige a Colombia junto al conductor radial Ariel Pernas (sentados) y a un amigo, anteayer en Juan Bautista Alberdi.
PERIPLO QUE REALIZA SOBRE SUS PATINES

Lucas Sawyer estuvo en Junín, en su recorrida por el país rumbo a Colombia

El martes 14 del corriente inició la travesía en rollers, la que será de unos ocho mil kilómetros.

En el mundo del deporte siempre hay cosas que destacar, en este caso la actividad que nos convoca es patín, ya que en nuestra ciudad se recibió a Lucas Sawyer, quien está recorriendo en rollers Argentina, rumbo a Colombia.
El citado joven, en relación a esta aventura y experiencia personal, señaló inicialmente:
”Soy deportista desde muy chico y a los 4 años ya practicaba patín, y siempre me propuse metas, siempre me gustó hacer actividad física. Hice carreras de montañas, siempre entrenamientos extremos, también soy competidor de taekwondo olímpico, en fin siempre comprometido en hacer algo.
Esto comenzó cuando mi pareja quedó embarazada de mi hija y por entonces, yo empezaba a vender comida vegetariana en Pontevedra, Buenos Aires. La repartía en rollers, tarea que me llevaba cerca de diez horas diarias y ello, me llevó a pensar en recorrer toda Sudamérica en patines.
Fue así que un día decidí dejar este trabajo para cumplir este sueño, al que muchos tomaron como un chiste. Encima, me separé de mi mujer y entre la angustia y la presión de las cosas que empezaron a suceder, empecé a hacerme más fuerte mentalmente, como para seguir adelante con el proyecto y con el sueño”.
Ampliando conceptos, Sawyer expresó:
“Comencé a formar carpetas con trazados de rutas, algunas alternativas, otras de mayor percepción. Por ejemplo, primero iba a ir desde La Quiaca hasta Ushuaia, así que quise hablar con autoridades del Municipio de La Matanza y con directivos de algunas empresas, pero no conseguí eco.
Así, fueron pasando los días y los meses hasta llegar a septiembre, cuando decidí cerrar el negocio que tenía, de comidas vegetarianas, y me puse a entrenar más firme y duro. Me fui a vivir a lo de mi mamá, entrenaba casi 12 horas diarias y a veces llegaba a la una de la mañana, después de haber hecho entre 100 y 150 kilómetros. Comía algo, me acostaba y por ahí me despertaba al rato, porque me decía que me faltaba entrenar equilibrio. Me iba al patio, donde tengo una rueda de camión grande, la ponía de punta –porque son inestables-, y primero me subía con un pie. Después lo hacía con los rollers, y aunque me caía, me levantaba y arrancaba con tres mil sentadillas y otras cosas más, ya que debía pensar en lo que significaba hacer esto”.

Hará unos ocho mil kilómétros
Consultado sobre como fue el momento de decidirse a hacer el amplio recorrido que realiza actualmente, Lucas manifestó:
“Como no recibía repuestas de nadie, para que me apoyara, me dije para mí mismo que parecía que ponían en duda que un atleta pudiera hacer esto, siendo que lo venía haciendo desde hace  muchos años. Ello, significó para mí un reto mayor, un reto más grande, así que subí la apuesta y me propuse hacer no 5.000 sino 8.000 kilómetros.
Tres días antes de salir me armé una hoja de ruta, se la mostré a mi madre y ella, sorprendida, me dijo que había cambiado la ruta, así que la tranquilicé y le remarqué que iba a ir hasta Colombia. Primero iba a encarar por el Norte, porque me quedaba un recorrido cercano a los 7.000 kilómetros, pero fue allí que vi la ruta que me llevaba a La Cuesta de los Caracoles, que en un principio me iba a costar subir, pero después me permitía bajar a gran velocidad. Ahí, marqué la ruta 5, saliendo por Panamericana hasta agarrar la zona de Arica (Chile) que es muy desértica, pero sabiendo que si superaba eso, llegaba sin problemas a Colombia”, comentó entre sonrisas.

Inició la travesía el martes 14 de enero
Ampliando conceptos, Lucas Sawyer expresó: “Arranqué el martes 14 de enero y salí con una gran lluvia desde La Matanza, a pesar que mi familia me decía que partiera al otro día, pero no aguantaba más. El primer tramo fue hasta Luján, haciendo más de 80 kilómetros con el agua a la altura de los rollers y la mochila que pesaba tres veces más producto de la lluvia. Primero dormí en una garita de colectivos, muerto de frío, estuve casi 10 horas sin tomar nada, hasta que se cruzó un muchacho de una parrilla, quien me ofreció algo de comer, pero como soy vegetariano, solo consumí pan. Después me fui a una estación de servicio y allí los empleados me brindaron de todo. Al otro día volver a salir, hasta Carmen de Areco, y le puse un buen ritmo. Allí sufrí un esguince de tobillo, porque no vi un bache de brea y lo agarré, trastabillé y pude poner el pie izquierdo adelante, lo que me permitió equilibrarme. Empecé a chequear las redes sociales y realmente fue algo muy emocionante, ya que de todo el mundo me llegaban palabras de aliento, algo muy grato. Hubo personas que, en la ruta, me esperaban para darme hielo, frutas, algo de dinero. No lo podía creer, fue maravilloso, así que al otro día fui muy rápido y metí más de 90 kilómetros a buen ritmo. Tardé cuatro horas, a un ritmo de 25 kilómetros y la gente se quería sacar fotos conmigo, me dieron comida, los camioneros, en la ruta, me apoyaban dándome aliento algo muy lindo”.

El paso por Junín
Sobre su llegada y paso por Junín, el deportista remarcó como corolario:  “No tengo más que palabras de agradecimiento, es gente maravillosa, una ciudad llena de actividades deportivas, muy lindo me llevo el mejor de los recuerdos ya que todos me ayudaron en algo. Estefanía Velazco; Martín Banfi; al subdirector de Deportes de Junín, Claudio Yópolo; a  Ignacio, del complejo Pionner;  a Germán Lambrisca, quien junto a su gente de ´Tío Lucas´ me preparó unos platos vegetarianos bárbaros; a Deporte en Acción por Facebook y la difusión a FM Metrópoli y a Sergio Gabriel Penela (autor del reportaje)  por estar en todo momento haciéndome logística y dando una mano. Ahora es hora de seguir con este sueño, locura, o como quieran llamarlo”, completó Lucas Sawyer, antes de continuar su viaje por la Ruta Nacional N° 7, con el objetivo de llegar a Colombia.

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