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Diego Cuadrado junto a Lucía y Hernán.
ENTREVISTA DE DEMOCRACIA

"El deporte tiene algo en común con la vida y es que siempre hay obstáculos a superar"

Así lo expresó el reconocido entrenador Diego Cuadrado, quien en una charla exclusiva con este diario repasó su historia, recordó el accidente que cambió su vida por completo y también habló del gran presente del grupo de Nadadores de aguas abiertas "Predadores de Junín".

Diego Cuadrado es uno de los coordinadores del Grupo de Nadadores de Aguas Abiertas "Predadores de Junín". Su aporte como entrenador forma parte del notable crecimiento que viene teniendo este deporte en los últimos años. Durante marzo, dos sus alumnos, Hernán Saccani y Lucía Ferreri, lograron conquistas que llevaron la natación de nuestra ciudad  a lo más alto del podio internacional y nacional.
En diálogo con Democracia, Cuadrado contó su historia. Expresó su pasión por el deporte, por la natación; y también hubo lugar para recordar el accidente que cambió su vida por completo.

- Arranquemos por Hernán Saccani (medalla de bronce en el Mundial de Olimpiadas Especiales Abu Dhabi 2019) ¿Cómo lo conociste? 
- Hernán se entrenó unos días con nosotros porque su objetivo era participar de las Olimpiadas Especiales. Quería ponerse a punto y su entorno sugería que él podía lograr un salto de calidad. Así fue cómo lo trajeron a entrenar con nosotros. Mauro De Carlo es quien coordina en nuestra ciudad todas las actividades relacionadas a las olimpiadas especiales, él y la familia de Hernán nos permitieron trabajar y confiaron en nuestra experiencia. Me gustaría destacar que en este logro de Hernán hay muchos profesionales que han intervenido. Por ejemplo, el que le enseñó a nadar fue Carlos Ciotta.  

- ¿Cuándo arranca tu historia como entrenador?
- En el año 2002 estábamos haciendo el curso de guardavidas con el "profe" Rubén Huichaqueo, entrenando en la pileta. Allí se encontraban José Castelar, Gastón Medialdea y Daniel Carpi; y ellos nos pidieron si podíamos darles una mano en los entrenamientos, porque tenían una competencia importante. Nos vieron que nos manejábamos de una manera diferente y nos pidieron que les diéramos algunas clases. Fueron los primeros tres en estar. Después se fueron sumando varios nadadores, como Mónica Cerillo, Gastón Picolo, Gisel y Marcelo Armacora, Pablo Capurro, Lisandro Coliqueo y muchos más. Empezamos con tres y hoy somos más de cuarenta personas entrenando. 

- ¿Cómo describirías el trabajo que realizan con los deportistas?
- Trabajamos en el Santa Paula y desde el principio entrenamos principalmente a nadadores para competencias de aguas abiertas. Este es nuestro principal trabajo. Hubo un tiempo que cerró el Santa Paula y yo pasé a dar clases en el Club Junín. Ese cambio también fue positivo, nos sirvió para seguir sumando experiencia. En ese entonces también ocurrió un hecho muy importante para la natación de nuestra ciudad y fue que Carlos Scandolera y Pablo Capurro fueron los dos primeros nadadores en la historia de Junín en participar de la carrera más larga de aguas abiertas que existe a nivel internacional. Fue en Paraná, en el 2015, fueron 88 kilómetros; y los dos llegaron a completar la distancia. Y en esos meses de entrenamiento fue que la conocimos a Lucía Ferreri. Nosotros estábamos entrenando en la laguna y ella también había ido a hacer unos ejercicios. 

- Lucía Ferreri quizás sea la gran promesa de Junín en la disciplina.
- Absolutamente. Me acuerdo que en aquel entonces, cuando nos conocimos, ella se acercó y le llamó la atención que nuestros muchachos entrenaban duro, que no paraban, que nadaban y nadaban. A partir de aquel entonces se sumó a nuestros entrenamientos, fuimos cumpliendo objetivos hasta que en Santa Fe, en el Campeonato Argentino de Aguas Abiertas logró el cuarto puesto en la general y el primero en su categoría. Logró un objetivo importante, el de ser campeona nacional. Generalmente los logros generan reconocimientos y eso siempre es bueno. Como entrenador uno siempre busca el salto de calidad y en el caso de Lucia su logro es importantísimo, para ella, para la natación de Junín y obviamente que como grupo de entrenadores a nosotros también nos da cierta jerarquía. 

- ¿Te sorprendieron las conquistas de Hernán y de Lucía?
- Sí, por supuesto. Fue una alegría muy grande. Siempre apostamos a estar en lugares importantes pero cuando se dan estas conquistas siempre es una linda sorpresa. Cuando hay logros, el deporte suma cierta promoción. Eso también es importante. El sacrificio que hacen hoy los nadadores es para destacar. Hay que decir que las comodidades no son las ideales. Por ejemplo, Lucía a veces entrena en una pileta con muchísima gente que nada a otro ritmo. Pero bueno, se han logrado cosas importantes. Hoy hemos logrado que el Municipio de Junín nos brinde un apoyo muy importante, confían en nosotros y eso nos genera responsabilidad y muchas ganas de seguir. 

- ¿Qué proyectos tenés en mente?
- Seguir creciendo. Como equipo de entrenadores, junto a Nicolás Bogado nos seguimos capacitando. Viajamos a distintos cursos y sabemos que mientras más leemos más posibilidades vamos a tener de transmitir conocimientos a nuestros atletas. Buscamos mejorar siempre. 

- ¿Cómo describirías esta pasión que te produce nadar, enseñar?
- La natación es un deporte cíclico. Hay tres cuestiones a tener en cuenta, dependés de tu técnica, de la concentración y de tu capacidad mental. Lo físico y lo técnico pueden ser entrenados pero pueden aparecer dudas desde lo mental. Las tres cuestiones tienen que lograr una armonía. La adrenalina está antes de salir, porque después, cuando la cabeza está en el agua, el nadador que compite tiene que saber manejar esas tres cuestiones. Si tiene un dolor en un hombro tiene que saber a dónde llevar sus pensamientos para de alguna manera aliviar ese dolor. Los pensamientos negativos hay que tratar de aislarlos. 

- En 2013 sufriste un accidente muy grave ¿Qué huellas te dejó esa experiencia?
- El accidente me marcó a fuego. Fue el 8 de diciembre de 2013. Yo venía de la Laguna en moto y al llegar a la ruta 7 me choca una camioneta que venía de Buenos Aires. Me choca y sigue, me dejó tirado. Sufrí unas 20 fracturas en el cuerpo y recién me dieron el alta a fines de febrero. Tengo ocho tornillos en la columna. Fue algo que hasta hoy lo recuerdo y que me emociona. Fue una situación adversa que se me presentó en la vida y que pude resolver. Aprendí que jamás hay que darse por vencido en la vida, que todos los días hay que enfrentar lo que venga. El deporte tiene algo en común con la vida y es que siempre hay obstáculos a superar.

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