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El polista oriundo de La Agraria viajará en breve a Austria, para jugar en ese país.
DESTACADO DEPORTISTA DE LA AGRARIA

Torres Ferraro: “Sería bueno hacer una cancha en Junín, para que la gente se acerque al polo”

A los cuatro años comenzó a andar a caballo y empezó con esta actividad siendo adolescente. En breve, viajará a competir en Austria.

El polista de La Agraria (Partido de Junín), Javier Torres Ferraro, se viene destacando como exponente de este deporte, en la Argentina y en el exterior del país.
Viene de demostrar sus condiciones en Ecuador y al ser entrevistado en los estudios de TeleJunín, se refirió a esa experiencia internacional, al presente del deporte en Argentina y más precisamente en la Región y a otros temas de interés, destacando, entre otros conceptos, que “Esta actividad está mal considerada como de elite, y no es así”, destacó el afianzado polista a nuestro medio.

La entrevista se desarrolló en estos términos:

-¿En la zona hay desarrollo de este deporte?
-"Acá en Junín, desgraciadamente se terminó un poco el polo cuando finalizó el Rancho El Tata de nuestro querido Gassiebayle. Hay algunas canchas pero no sé cómo será el desarrollo acá porque prácticamente estoy en el campo, en casa y no juego en Junín. En estos días me invitaron para jugar en Lincoln donde se reinauguró la cancha de polo dentro del Parque que en el perímetro tiene la pista de trote. Acá tenemos lugares físicos como el Parque Borchex y estaría bueno hacer una cancha para que la gente se acerque un poco más al deporte, que está mal considerado como de elite y no es así.  
Hay que hacerlo abierto para todos y no para unos pocos, ya que desgraciadamente es un poco cerrado y las clases que lo juegan se pierden muchas posibilidades para que no se estanque. Es mucho más fácil que salga un buen jugador que juega de chico, a que uno que juega de grande en un barrio privado. No es lo mismo el tipo que anduvo a caballo toda la vida a aquel que empezó en un country donde si bien tenés las posibilidades económicas, el que viene a caballo de chico, lo lleva en la sangre".

-¿Cuándo surgió el amor por los caballos?
-"Esto viene de hace mucho tiempo, desde los cuatro años que empecé a andar a caballo en el campo de mi abuelo materno ubicado en La Agraria. Ahí comenzó un vicio que no pude dejar de lado. Si bien en otro momento de mi vida lo intenté para probar otras cosas, nunca me pude alejar más de un mes. 
Soy una persona que me gusta mucho el caballo, lo criollo y tradicionalista y medio tarde apareció el polo, cuando tenía 18 años. Hoy es común que los chicos con 4 años taqueen de pie e inclusive jueguen en petisos. Todos los deportes van en evolución. Hoy como tenés escuelitas de fútbol, en el polo es igual".

-¿Además de criador, has jugado en distintas partes del mundo?
-"Tuve la suerte de jugar en distintos lugares. Este año estuve en Ecuador y Colombia. En un momento se hablaba de que podíamos ir a Estados Unidos con mi patrón porque tenía una posible venta de equinos en San Diego, California. Pero tuvimos un brote fuerte de influenza a nivel nacional en Ecuador y se paró el polo durante un mes. Este último viaje fue atípico, ya que fue corto, de tres meses y días, porque cuando viajamos lo hacemos de a seis y siete meses. Este fue algo  espontáneo, me llamaron y me dijeron que iban a jugar unas copas y que habían caballos nuevos para preparar. Muchos dicen que es linda la vida del polista, pero lo cierto es que dejás afectos y la familia, que los pongo en la balanza y a mí me pesan". 

-¿Cómo se transportan los equinos?
-"Se exportan e importan desde todas partes del mundo. Se envían en la bodega del avión en el que por lo general viajan entre tres y cinco en hilera con sus respetivos grupos de petiseros y veterinarios. Inclusive hay caballos que juegan en Argentina y en el resto del mundo, en el caso de los polistas de elite que están con buen hándicap. Cuando tienen juegos importantes tienen equinos que viajan".

-¿Cómo es el perfil del polista?
-"Yo no tengo hijos ni estoy casado, lo que me permite viajar y realizar la actividad por el mundo. Este año en Ecuador me encontré con dos amigos argentinos que uno jugó conmigo y el otro estaba haciendo temporada en Guayaquil, cuyas familias se quedan en el país, ya que sus mujeres tienen sus trabajos y obligaciones".

-¿Hasta qué edad uno puede jugar al polo profesionalmente?
-"La edad más que cronológica, es mental. Si vos estás preparado mentalmente y te cuidás físicamente, en el caso de los que queremos seguir adelante, concurrimos a un gimnasio, trotamos, entre otras actividades. Es un deporte de alto riesgo porque andamos ligero y hoy, con 22 años no pensás tanto como lo hacés con 40, ya que ves las cosas de otra manera. Donde antes tenías que apurar, ahora lo seguís haciendo con otra perspectiva, por el tema de que empiezan los problemas físicos como los desgarros, ya que los caballos juegan muy puestos, con mucha comida y vitamina. Nosotros manejamos arriba y tratamos de pegarle a la bocha y el caballo son nuestras piernas. Hoy las organizaciones invierten mucho dinero en la comida, la atención, veterinarios y nutricionistas. De esta manera están con fuerza y nosotros, los que estamos arriba, lo sentimos".

-¿Hay mucho requerimiento del exterior a Argentina?
-"Por las condiciones geográficas que tenemos nosotros acá, es sabido que el mejor caballo de polo es el argentino. Acá se puede jugar todo el año, a diferencia de Europa donde no se puede. Ahora me voy a Austria, donde tengo un patrón que quiere jugar allá, por ejemplo en suelo nevado. Pero de todas formas, el rey del polo es la gramilla". 

-¿Cómo se forma un petisero? 
-"Generalmente de muy chicos vienen con los caballos. Por ejemplo, este año en Ecuador tuve a dos bajo mi tutela, de los cuales uno no tenía mucha idea de trabajo y terminó siendo un fenómeno", completó Javier Torres Ferraro.

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