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Virginia Garrone, laureada y experimentada nadadora de nuestro país.
NATACIÓN

Virginia Garrone y su vínculo con "Predadores de Junín"

Fue representante olímpica de nuestro país y destacó el gesto de los profesores de nuestra ciudad, Nicolás y Diego Cuadrado.

Con una gran trayectoria deportiva en su haber, la nadadora cordobesa Virginia Garrone -récord nacional en medallas de oro conseguida y representante olímpica con la delegación de Argentina- destacó un gesto de profesores de Junín, con quienes compartió gratos momentos en un torneo continental realizado en el vecino país de Uruguay.
Virginia fue "olímpica" en 2000 en Sydney (Australia), tras no poder competir en Atlanta 1996 (Estados Unidos), recordó:
“Amo la gorra que me regalaron los profesores de ´Predadores´ de Junín, Nicolás y Diego Cuadrado, en un torneo Sudamericano realizado en Punta del Este, Uruguay. Mis técnicos, Jorge García y Rodolfo Sacco, me presentaron a esos dos grandes profesores, dos ´personajes´ excelentes como personas, Ellos me regalaron la gorra de su equipo y fue un gran gesto, que sobre todo en natación significa mucho. Por la forma en la que me la dieron, con mucho cariño y respeto, yo en lo personal a esas cosas las valoro muchísimo, por eso, a cada evento que voy, esa gorra me acompaña siempre”.
En lo personal y deportivo, Garrone comenzó a dar sus primeras brazadas cuando en su casa de Bell Ville (Córdoba), sus padres construyeron una pileta. Por seguridad, junto a sus tres hermanas, comenzó con las primeras clases de natación y aunque al principio no la querían aceptar, porque era muy chica, su insistencia pudo más y logró el cometido, empezar a nadar.
Tanta era su voluntad que en muy poco tiempo maravillaba a propios y extraños, tal es así que como ella misma cuenta:
”A los seis meses de estar aprendiendo y siendo muy chica, fui a un torneo provincial, donde hice como una demostración. Se ve que tenía un poco de habilidades en los cuatro estilos, lo que me permitió al poco tiempo enfrentarme a chicas más grandes, ya que no tenia nenas de mi edad para competir. De esa manera, empecé a tomar parte de distintos torneos, y lógicamente que ganar era algo lejano, al principio, pero lo que quería era nadar en torneos y lo había logrado”.

Su llegada a la selección nacional
Poco tiempo después, la cordobesa recordó, en una nota con el conductor del programa radial "Deportes en acción", que siendo adolescente llegó a integrar la selección argentina de natación, rememorando:
“Con tan solo catorce años me convocaron y fue una alegría enorme. Allí, los entrenamientos eran muy fuertes y en serio, A mí la competencia siempre me motivó muchísimo y poco después fui a un Sudamericano de primera, con chicas, mucho más grandes y logre hacer un buen papel. Ya a los dieciséis logré obtener una medalla de oro en el Panamericano. Se dio, ya que siempre nadé los cuatro estilos, nunca nade uno solo y en cuanta carreras me presenté siempre competí en todas. Eso, con el tiempo, me fue dando grandes resultados y cumplir los objetivos que quería alcanzar. En la actualidad sigo teniendo el record nacional, con quince medallas de oro en torneos nacionales, y record de medallas doradas en torneos Sudamericanos, un total de ocho preseas. Como siempre nadé crol, espalda, mariposa y medley. Menos pecho, ya que soy muy ´amarga´ en ese estilo. Nunca me centré en uno solo, ya que cada estilo sumaba puntos y en todas siempre lograba sumar para la selección. Recuerdo que cuando fui a las Olimpiadas de Sydney 2000, ahí sí nadé los 200 metros combinados".
Mas allá de todos los logros de Virginia, en su recorrido tiene como sabor amargo el que vivió a los dieciocho años, ya que tras competir en algunos campeonatos sudamericanos y mundiales, logró marcas que la depositaban a los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, pero la lesión en uno de sus hombros la dejó fuera de dicha esperada competencia.
Dijo al respecto: “Fue terrible ese momento, ya que tuve que dejar de nadar, lo cual me ´explotó´ la cabeza. Era adolescente y encima clasificada para unos juegos olímpicos fue inexplicable, no lo podía creer. Fue el hombro izquierdo, me vieron un montón de médicos, en el Cenard de Rosario me vieron dos que habían atendido a Diego Armando Maradona, pero fue todo un tema ya que nadie me quería operar porque era muy chica. Por eso, dejé de entrenar por dos años y luego si, me operé. A la semana fui a ver un Nacional que se hizo en Córdoba  y me enloquecí, justo estaba estudiando fisioterapia, pero no aguanté y hablé con mi entrenador, que era de Bell Ville, y le dije: ´Quiero entrenar para volver´ y así fue que di vuelta esas páginas y comencé a entrenar fuerte, como siempre dije, fue sangre, sudor y lágrimas, pero el objetivo estaba en marcha; volver e intentar estar arriba”.
Y vaya si lo logró, siguió estando en los primeros planos a nivel mundial, ya que era protagonista en cuanta competencia se presentaba, pero el hombro seguía siendo su peor rival.
”A pesar de haber vuelto con muchas ganas, siempre renegué con la lesión del hombro, pero seguí a base de voluntad, hasta que un accidente en mi familia, hizo que sí deje la natación”, remarcó Garrone, madre de tres hijos (Oliver, Patricio y Blas), sobre lo cual contó, entre risas:
”Ni mi esposo ni los chicos se dedicaron a la natación, todos juegan al fútbol. Eso sí, aprendieron a nadar, pero eligieron el fútbol, aunque saben nadar y muy bien", señaló.

Dos grandes, Jorge García y Rodolfo Sacco
Finalmente, Virginia se emocionó al hablar de sus entrenadores Rodolfo Sacco y Jorge García:
“Son dos grandes, unos genios, y a pesar de ser mis amigos, son dos ídolos. Rodolfo es mi entrenador, es así que desde que volví a correr en Máster volví por él. Todo se dio porque una vez fui a nadar, de pura caradura, en un torneo, y después nos encontramos en Justiniano Posse. Comenzamos a charlar y recordar las viejas épocas y me tiró una pregunta que me marcó mucho, al decirme porqué yo ya no competía. Le conté que no tenía quién me entrenara y ahí nomas dijo: ´¿ Y si te entreno yo ?´. Bueno, me dije para adentro, cómo voy a desaprovechar esta maravillosa oportunidad y al otro día estábamos diagramando todo, ya sea entrenamientos, torneos, tiempos. Es todo un grande, que se ofrezca a entrenarme fue algo genial. Igual con Jorge García, quien desde el costado de la pileta también me corrige y apoya. La verdad es que somos un gran equipo", cerró la exitosa y experimentada nadadora cordobesa.

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