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VOLEY

Sánchez: "Lo mejor para ser campeón fue el equipo, no hubo individualidades"

El armador fue pieza fundamental en el seleccionado Sub 23 que logró un hecho histórico para el vóleibol argentino, ser campeón del Mundial de la categoría en El Cairo, Egipto, algo que para el sanjuanino "no se compara con nada".

Argentina había llegado a tres finales en Mundiales de base anteriormente, pero nunca pudo quedarse con el título hasta el viernes pasado. "Es algo increíble, todavía no caemos... Acá estamos con la Copa y la medalla de oro, pero no se puede explicar.
Ser campeón del mundo no se puede comparar con nada de lo que he vivido", contó Sánchez, premiado como mejor levantador del torneo, en una entrevista.

 

El sanjuanino, de 1.73 metro y 20 años, ganó la primera medalla dorada pero se trató de su tercera distinción individual, después de ser el mejor en su puesto en el Mundial de menores 2013 y de juveniles en 2015. Su baja estatura en un deporte de 'lungos' nunca fue un impedimento para jugar, aunque admitió que "mucha gente me dijo que no iba a llegar de armador porque el vóley es cada vez más físico, que probara de líbero".

 

"La verdad es que algunas veces me pregunté si seguir o no, pero mi familia y mi gente cercana que me ayudaron a nunca darme por vencido fueron fundamentales. Esto es gracias a ellos que siempre confiaron en mí", agregó Sánchez, de familia voleibolera (su papá, Yeyo, es entrenador de Obras en San Juan, y su hermano mayor, Nicolás, también juega de armador en el equipo).

 

El seleccionado Sub 23 no fue al Mundial de Egipto con otro objetivo que no fuera desarrollarse para nutrir a la Selección mayor, que dirige Julio Velasco y que en estos días buscará su pasaporte al Mundial 2018 en Salta y Jujuy. Pero los juveniles volvieron con el título de campeón, después de superar en el partido decisivo a los rusos por 4 a 2 (15-10, 15-11, 16-14, 14-16, 13-15 y 15-9).

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