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FUNDADO EL 23 DE NOVIEMBRE DE 1927

Club Centro Español: Risas y dominó, un placer diario

En el espacio ubicado en 12 de octubre 122 se viven momentos únicos. Raúl Tomino y Juan José Rubino, presidente y vice, repasaron la historia y la actualidad de la institución.

Cada espacio tiene una historia. Lugares con momentos invisibles y eternos. Anécdotas, encuentros, risas y esa magia que puede transformarlo todo en algo inolvidable.
El Club Centro Español se fundó allá por fines de noviembre de 1927. Surgió como un grupo de amigos que selló esa unidad con un nombre. En su mayoría, aquel grupo estaba integrado por españoles que llegaron a nuestra ciudad en busca de un nuevo destino.
El desarraigo también genera encuentros. Y el caso del Centro Español es un ejemplo. Al principio fueron solo reuniones, pero con el paso del tiempo el grupo comenzó a crecer y a unirse mucho más. Creció tanto que el proyecto atravesó los años y sus décadas para llegar hasta hoy.
Imposible hablar del Centro Español sin homenajear a aquellos grandes amantes de la pelota paleta, que se juntaban en la cancha que tenía el club. Las competencias, los buenos jugadores y las charlas después de los partidos forman parte de un hermoso pasado.
Y de aquel pasado llegamos a un presente que también tiene mucho para contar, para descubrir y vivir.
A partir de 1978 el club tiene un espacio propio. Está ubicado en 12 de octubre 122. Antes de entrar, los adoquines y la gran arboleda dan la bienvenida. Adentro, los socios y amigos del club se reúnen todos los días a disfrutar de las charlas, de las comidas, del café y de los juegos de mesa.
Democracia llegó hasta ahí para conversar con Raúl Tomino y Juan José Rubino, presidente y vice, respectivamente, de la actual comisión directiva.
En ese arribo, Raúl y Juan estaban jugando al domino. “Así nos pueden encontrar siempre”, coincidieron las autoridades antes de iniciar la charla.
Con el grabador encendido, explicaron que en la actualidad el club tiene unos cien socios y que el promedio de edad “debe rondar los setenta años”. Sobre esta característica, Juan José contó: “Este club estuvo en muchos lugares pero desde 1978 tiene como sede este lugar que es nuestro, es un club y ya hemos hecho los papeles correspondientes para que no se pueda vender. Es decir que, más allá de esté quien esté, que el lugar siempre funcione como el Club Español”.
Tanto para José como para Raúl el club tiene un significado muy especial. Ese mismo sentimiento tienen los socios. Se podría describir como el sentido de pertenencia, una segunda casa, un lugar de relax, en donde el tiempo pasa sin muchas presiones.
“Acá sabe haber cuatro o cinco mesas con los muchachos jugando al dominó. Venimos todos los días un rato, conversamos, jugamos y pasamos un lindo momento”, remarcó el presidente.
Raúl Tomino también contó que en la actualidad el club ofrece un variado servicio de gastronomía. Ramón Durante es el chef de la casa y las consultas y reservas se pueden realizar llamando al 4422092. Los ricos platos, los precios accesibles y la calidez del lugar son los atractivos centrales de este servicio que brinda el club.
La realidad también invita a la reflexión y a la nostalgia. Para Raúl y Juan el futuro del lugar es incierto. No presienten un recambio generacional y eso les genera cierta intranquilidad. Al respecto, Rubino reflexionó: “Yo no sé qué va a pasar en el futuro pero hoy notamos que el club se está perdiendo. Cuando no estemos nosotros no sabemos qué va a pasar porque no hay jóvenes que se acerquen”.
“Hoy los pibes están en otra cosa, jugar al dominó, charlar entre amigos y tomar un café no son costumbres que ellos practiquen, creo que viven en otra realidad, pero bueno, nosotros estamos acá”, completó.
Sin embargo ellos se sienten orgullosos. Mientras dan sus opiniones, sobre la mesa, las fichas de dominó descansan sobre un paño blanco y son testigos presenciales de una entrevista que va terminando.
“Personalmente me siento orgulloso de estar acá y formar parte de esto”, dijo Juan José y agregó: “Acá viene gente de distintas profesiones, como jueces, comerciales, diputados, empleados municipales y abogados. En el club todos somos iguales y eso ha sido siempre así”.
En definitiva, la vida pareciera detenerse entre risas y dominó. El juego genera diversión y engaña al paso del tiempo. Se repite ese momento y todos los días se celebra un nuevo encuentro.

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