El legendario jugador de rugby neozelandés Jonah Lomu estaba prácticamente arruinado cuando murió el mes pasado, informaron ayer los promotores de un fondo privado creado para ayudar a la manutención de sus dos hijos.
Lomu, que vistió la zamarra negra de los All Blacks en 63 ocasiones entre 1994 y 2002, murió en noviembre a los 40 años tras varios años de lucha contra una enfermedad renal que le obligó a retirarse prematuramente y a pasar por un trasplante en 2004.
El director ejecutivo de la Asociación de Jugadores de Rugby de Nueva Zelanda, Rob Nichol, dijo que el ex jugador estaba casi sin ahorros y que ante esa situación empresarios y amigos decidieron crear el fondo para apoyar a sus hijos Dhyreille y Brayley, de 6 y 5 años.
"Aun faltan algunas auditorías pero no vemos que haya muchos beneficios financieros o ingresos que vayan a la familia", dijo Nichol a la emisora NewstalkZB.
Nichol aseguró que el legendario jugador fue víctima de su propia generosidad que practicó "a expensas de su familia".
EL LEGENDARIO
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