SELECCIÓN

Un entrenamiento con problemas

Los miles de testigos que pudieron entrar al estadio Independencia de Belo Horizonte disfrutaron de una práctica de la Selección argentina que finalizó de manera accidentada. Varios fanáticos locales se metieron a la cancha para saludar a los futbolistas, para reverenciar a Lionel Messi y al resto del plantel, para tratar de quedarse con algún recuerdo.
Lo primero en la práctica fue un relajado "loco", para que la gente disfrutara de la habilidad de los jugadores argentinos. Luego, los futbolistas se dividieron en las cuatro canchitas de fútbol-tenis armadas en el estadio, donde Messi formó equipo con Di María y Fernando Gago, enfrentando uno conformado por Ezequiel Lavezzi, Lucas Biglia y el Kun Agüero.
Todo parecía una fiesta, hasta que sorpresivamente varias personas lograron burlar la seguridad y entrar a la cancha. Un brasileño, incluso, se acercó a Messi, lo abrazó, se persignó y le pidió el buzo azul, que se llevó de recuerdo mientras la seguridad privada intentaba sacarlo de la cancha.
Pese al descontrol, los jugadores saludaron a los hinchas, quienes fueron acompañados por los voluntario y asistentes de la Selección los acompañaron hasta la calle para que no los detuviera la Policía. 

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