Boca necesita fútbol. Y para eso, qué mejor que el regreso de Juan Román Riquelme. Luego de un fin de semana para el olvido xeneize, con derrota ante River, el crack e ídolo del club dejó el trabajo diferenciado y se sumó al resto del plantel. Sin embargo, su presencia en el tercer superclásico del verano está en duda.
En el complejo Pedro Pompilio, el volante, de 35 años, dejó en claro que la lesión es parte del pasado, pero la idea es que vuelva de a poco. Ayer sólo realizó trabajos físicos con sus compañeros, pero el sábado pasado había hecho fútbol con el equipo de reserva.
Los xeneizes se medirán con River el próximo sábado, en Mendoza. Con varios días por delante, la presencia, o no, de Riquelme se irá develando de a poco, cuando Carlos Bianchi empiece a probar el equipo. "Él va a decidir cuándo quiere regresar", dijo la semana pasada el entrenador.
Riquelme jugó por última vez el 24 de noviembre del año pasado ante All Boys, cuando sufrió un desgarro en el aductor derecho, y desde entonces inició una recuperación que terminó esta mañana con su reincorporación al grupo.
Para el último partido ante River, el Virrey podrá contar nuevamente con Agustín Orión, que esta mañana se entrenó con normalidad tras la lesión en un músculo de la cadera que sufrió en el primer superclásico en Mar del Plata.
Del mismo modo, recuperará al Cata Díaz, que ya cumplió la sanción por la tarjeta roja que le mostraron en ese mismo partido.
Ante el retorno seguro del arquero y el defensor, quienes dejarán su lugar en el equipo serán Emanuel Trípodi y Joel Rodríguez; mientras que el juvenil Luciano Acosta seguirá como titular hasta que vuelva a jugar Riquelme.
Durante la práctica de ayer, los jugadores hicieron una entrada en calor con un trote alrededor de la cancha principal del predio de Casa Amarilla y después realizaron ejercicios regenerativos.
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