Uno de los trece barrabravas de Tigre que habían sido baleados el domingo, en el marco de una interna de la hinchada de ese club, murió ayer en el Hospital Zonal General de Agudos de San Fernando.
El hincha fue identificado como Alejandro Adrián Velázquez, de 40 años. Permanecía internado en terapia intensiva desde el domingo por la tarde a raíz de un balazo en la arteria femoral que le había causado una gran pérdida de sangre.
En tanto, Walter Etchegaray, el otro barra que estaba internado en terapia intensiva, seguía estable luego del impacto de bala que le produjo un orificio de entrada y salida en el hemitórax derecho. El restante que corría riesgo de vida, de apellido Cano, seguía internado después de recibir un balazo en la cabeza.
El enfrentamiento entre dos facciones de la barra dejó un total de trece heridos y la muerte de Velázquez volvió a instalar en el centro de la escena al flagelo de la violencia en el fútbol argentino, una lucha que parece no tener fin.
La investigación tiene una traba muy importante. Pese a la promoción de lo efectivas que son las cámaras de seguridad, justo dejaron de funcionar en la madrugada del domingo pasado.
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