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COPA LIBERTADORES

El Xeneize se sacó 10 en sacrificio

Nacido de un gran sacrificio luego de quedarse con diez hombres en el primer tiempo (expulsado Somoza), Boca consiguió un gran triunfo por 2-0 sobre Arsenal con goles de Ledesma y Sánchez Miño. Ahora, está muy cerca del pasaje a octavos.

Boca-Arsenal transitaba los carriles esperados durante el primer tiempo: trabado, pocas llegadas y mucha fricción en el medio. Hasta que la expulsión de Leandro Somoza cambió el libreto de golpe. El Xeneize tuvo que sacar fuerzas (físicas y emocionales) cuando parecía que la historia se complicaba y a base de sacrificio, se llevó un triunfo por 2-0 con goles de Ledesma y Sánchez Miño y así, quedó muy cerca del pasaje a octavos en la Libertadores.
Ver a los delanteros corriendo por toda la cancha para recuperar la pelota, a los volantes multiplicándose para estar en defensa y aparecer en ataque y a los defensores sacando una y otra vez los centros que llovieron por el área fue la imagen que retrató los méritos de Boca para llevarse el encuentro.
Claro que en el comienzo el partido fue muy pobre. Recién a los 20 minutos llegó la primera situación de riesgo. Un desborde de Clemente terminó con un centro atrás que Ledesma no puedo conectar. Las intenciones del equipo de Falcioni eran buenas, pero estaban mal ejecutadas y nunca pudo superar la barrera bien armada que planteó Arsenal en el fondo. Y el local pasó un sobresalto cuando a los 27, un tiro violento de Espinoza dio en el palo y se fue afuera.
Así, el ímpetu de Boca se fue apagando al llegar a los 30 minutos y se profundizó con la injusta expulsión de Somoza. Arsenal, con todas sus limitaciones, pasó a controlar la pelota y pudo, aunque sin ideas en ataque, alejarse de su área.
El segundo tiempo arrancó con la sensación general que ambos iban a conformarse con el empate. Pero Boca cambió la actitud. A pura garra, comenzó a jugar mejor que con 11. Y a los cuatro minutos, se encontró el gol. Silva (el mejor de la cancha) aguantó un pelotazo, tiró un taco fantástico para Riquelme que remató cruzado. Campestrini tapó pero dio rebote y apareció Ledesma para anotar el 1-0.
Arsenal no mostró reacción. Alfaro mandó un delantero más a la cancha (Zelaya), pero el cambio no se capitalizó con un juego ofensivo más constante. Apenas si apostó a las pelotas paradas y a los centros cruzados. En ese aspecto, los encargados en Boca de despejar esos centros volvieron a sentirse seguros luego de varios partidos plagados de errores: Orión respondió en cada balón aéreo mientras que Schiavi e Insaurralde no tuvieron ni una falla.
Encima, una gran jugada de Silva le sirvió a Sánchez Miño el 2-0. Y ese fue el final de la historia. 

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